Desde el año 2000 hasta ahora, cerca de un centenar de personas han muerto o desaparecido en naufragios registrados o al caer al mar desde sus barcos cuando se hallaban faenando en aguas españolas o a bordo de embarcaciones con bandera de España o armador español. La mayor parte de tales naufragios han tenido como protagonistas a tripulantes gallegos, bien de nacimiento o de residencia. Y ha sido el del pesquero O Bahía, el más doloroso: se hundió con sus diez tripulantes cerca de las islas Sisargas. Otros seis marineros murieron y seis más desaparecieron al naufragar en aguas irlandesas de Gran Sol el también pesquero gallego Arosa, con bandera británica y base en Marín. Tan solo hubo un superviviente, también gallego, del total de 13 tripulantes.

El 11 de enero de 2001, siete de los 11 tripulantes del pesquero asimismo gallego Fátima fallecían cuando el barco se hallaba a 140 millas al noroeste de Lisboa. Los otros cuatro fueron rescatados con vida.

La larga cuenta sigue sumando: seis marineros gallegos fallecieron dos meses después en el naufragio del pesquero Hansa, propiedad de un armador de Ribeira y de bandera alemana. El hecho se produjo a unas 300 millas de Tiree (Escocia).

Pero el primero de la serie fue, en la primavera de 2000, el naufragio en A Costa da Morte, del Panchito, con base en Laxe. En él fallecieron cinco marineros.

En noviembre del año 2000 se hundió entre las islas de Ons y Sálvora el pesquero de Ribeira Buraz. El saldo de este naufragio fue de cuatro marineros muertos. Y otros cuatro marineros perdieron la vida al hundirse, frente a A Coruña (Xacentes), el pesquero Meloxeira. El Fervenza III inscribió su nombre en 2002 en la lista de naufragios en Lobeira Chica, con dos muertos.

Estos son los naufragios con mayor número de víctimas de cuantos se han registrado durante lo que va de siglo XXI en Galicia. Los dos últimos y recientes casos de muerte en la mar se han producido en los últimos días del pasado mes de diciembre: el pesquero Sin Querer Dos, hundido a 4,5 millas al sur de Fisterra, de los 10 tripulantes que se hallaban a bordo, tres fallecieron y uno permanece desaparecido. Los otros seis han sido rescatados. En Malpica, el trágico balance fue un muerto en la maniobra del pesquero Silvosa en la bocana del puerto.

Con todos los señalados, muchos otros barcos y embarcaciones menores de Galicia, yates de bandera extranjera y buques mercantes de distinto tipo han dejado también su historia en aguas de Galicia en los años transcurridos desde el 1 de enero de 2000 hasta la actualidad.

Ante tales hechos me pregunto sobre el papel que en la práctica totalidad de estos casos, podría haber desempeñado el sistema Kafloat de salvamento marítimo, que ya ha sido adoptado por algunas embarcaciones de la Guardia Civil y el Servizo de Gardacostas de Galicia y que, sin embargo, que no acaba de ser utilizado en el sector pesquero.