Los usuarios de la AP-9 han respondido a las continuas subidas de los peajes. Y lo han hecho de la única forma que pueden: utilizando menos la vía que vertebra la comunidad gallega de norte a sur. El Ministerio de Fomento ha hecho públicos los datos de usuarios del mes de noviembre y arrojan dos resultados que muestran el menor uso de la autopista.

Por una parte, en el undécimo mes del año pasado, con datos todavía provisionales, el tráfico cayó un 0,4% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Se trata de la primera bajada en los últimos ocho meses y la tercera en los últimos cuatro años.

Y por otra parte, en el acumulado entre enero y noviembre, el tránsito por la AP-9 subió un 1,9%. Es la mitad que en los dos años anteriores (3,9% en 2017 y 3,6% en 2016) y tres veces menos que en 2015 (5,5%).

Cuatros subidas en un año

En el último año, los peajes de la Autopista del Atlántico se han incrementado un 7,3%. En enero de 2018, se encarecieron un 1,9% al aplicar la actualización del IPC.

A partir del 31 de octubre volvieron a aumentar casi un 2%: un 1% con el que se compensaba a Audasa, concesionaria de la autopista, por las obras de ampliación que llevó a cabo en los accesos de Vigo y O Morrazo, el viaducto de Rande, la circunvalación de Santiago y el enlace de Sigüeiro; y otro del 0,9% que correspondía a las bonificaciones en los trayectos entre Vigo y Pontevedra. Los usuarios han respondido a esta última subida al reducir el uso de la AP-9 un 0,4% durante el mes de noviembre.

Y a principios de año se implementó el último aumento: un 3,5%. Solo tres autopistas españolas sufrieron un incremento de tarifas superior a la media nacional del 1,67%, aunque la AP-9 fue la que más se encareció. Después, se situaron la AP-7 Alicante-Cartagena y la AP-46 Málaga-Alto de las Pedrizas, en ambos casos con un 2,69%. De esta forma, en el último año los gravámenes de la Autopista del Atlántico se han disparado un 7,3% y casi un 5,4% en los últimos dos meses.

En cuanto al tráfico, en los 11 primeros meses del año, 24.175 conductores usaron de media cada día la AP-9. Es la cifra más alta desde 2011 cuando la intensidad media diaria de la autopista gallega fue de 24.961 vehículos.

Desde los máximos que se registraron en el año 2007, en plena expansión de la economía, el tránsito por la autopista gallega ha moderado su caída hasta el 10% actual, muy por debajo del desplome que se produjo en los peores años de la crisis, en los que el descenso llegó al 23% en 2013 y 2014.

Si no se tuviesen en cuenta las caídas que ha experimentado la vía de peaje en noviembre del año pasado (-0,4%); marzo de 2018 (-0,6%) y abril de 2017 (-0,1%), el tráfico en la AP-9 encadenaría 51 meses de crecimiento y ya posee el mayor volumen de vehículos entre enero y noviembre desde 2011. En 2014, rompió seis ejercicios seguidos de pérdidas de usuarios al aumentar un 0,4%.

La caída de tráfico en noviembre tras la subida de los peajes se produce después de que el Congreso apoyase hace un mes la transferencia de la AP-9 a Galicia y que el Gobierno de Pedro Sánchez (PSOE), tras su llegada a la Moncloa, levantase el veto del Ejecutivo de Mariano Rajoy (PP) a discutir esta medida en el Congreso. La ley que permitirá el trasvase se aprobará antes de abril, pero después Xunta y Fomento deberán concretar en seis meses los términos del acuerdo.

Además de este frente abierto, la AP-9 tiene otro. La Fiscalía ha interpuesto una demanda colectiva contra Audasa por los peajes cobrados durante las obras de ampliación de la vía.