La pervivencia de En Marea como tal vive ahora sus momentos más delicados tras el último movimiento de Podemos Galicia, dado tras conocer la auditoría en la que se sostiene que "no se puede garantizar la integridad de los resultados" de las primarias celebrados los días 22 y 23 de diciembre en las que la lista de Luís Villares se impuso con casi el 60% de los votos a la candidatura del sector crítico, en la que participaba el partido morado. La dirección de Podemos ha realizado un ofrecimiento a Esquerda Unida, Anova y las mareas locales para abrir un "diálogo" fuera del seno de En Marea, cuya dirección encabezada por Villares está, para la formación morada, "anulada e inhabilitada políticamente" por haber sido electa en un proceso "irregular" y carente de "garantías democráticas y transparencia".

La auditoría encargada por Podemos revela, entre otros aspectos, que no se puede "garantizar la integridad con relación a lo realmente votado por cada usuario durante todo el proceso electoral" ya que la plataforma de gestión del voto "muestra graves deficiencias que posibilitan a cualquier usuario del sistema acceso a datos personales del resto de los usuarios de la plataforma".

Ante esta situación, Podemos Galicia, que el lunes por la noche reunió a su consejo de coordinación, determinó, según difundió ayer en un comunicado, que ante "la enorme gravedad de la situación generada por la coordinadora de En Marea" es necesaria "la inmediata dimisión de los responsables políticos de la vulneración de todo tipo de derechos y deberes".

Para la formación morada, liderada por el diputado coruñés Antón Gómez-Reino, la vulneración de los derechos y deberes que se dieron durante el proceso electoral, "así como las irregularidades y la ausencia total de garantías democráticas y transparencia" derivan en la total "pérdida de confianza política en los responsables de todo este proceso".

El partido remitió a sus inscritos las conclusiones de la auditoría, además de un comunicado en el que invita a establecer "un diálogo externo" con el resto de organizaciones y mareas críticas con la dirección de En Marea para "articular, de forma democrática y colectiva la Galicia que viene".

De este modo, el partido morado abre la puerta a dejar de participar en En Marea y se ofrece a encabezar los movimientos que, según reza el comunicado, "cristalizarían en una conferencia política de país" en el que abordarían el futuro de la denominada unidad popular y que supondrían la escenificación de la ruptura del partido instrumental, creado en verano de 2016 para las últimas elecciones autonómicas.

Podemos considera que resulta inviable convivir dentro de En Marea con el sector de Luís Villares, por lo que está dispuesto a iniciar una senda política al margen de la actuación dirección. Aunque está por ver si esta invitación es respondida por Anova, Esquerda Unidas y los alcaldes de las mareas.

La organización que lidera Gómez-Reino cree que el informe pericial revela "rigurosos y severos datos" que "invalidan" las elecciones internas de En Marea. Por lo tanto, no reconocen los resultados de las primarias y consideran "inhabilitados políticamente" los órganos de dirección del partido instrumental, constituidos el pasado 29 de diciembre sin presencia de las 14 personas electas por la candidatura crítica.

El movimiento de Podemos Galicia complica aún más la preparación de la campaña electoral de En Marea, ya que mientras que el resto de fuerzas ya están inmersas en el operativo, en el partido instrumental no tienen claro cómo articular su campaña donde dentro de sus listas podrían coincidir rivales acérrimos. De hecho, los denominados alcaldes del cambio, de A Coruña, Santiago y Ferrol, tras la victoria de Villares también anunciaron su intención de hacer campaña en solitario desvinculándose de la marca En Marea.