En Marea vive un dejà vú. La segunda dirección del partido nacido en 2016 se constituye de nuevo sin la presencia de los críticos y con Luís Villares y los suyos al timón de la nave tras un proceso de primarias que se dilató en el tiempo por un cruce de acusaciones de pucherazo. Sin embargo, el portavoz del partido instrumental reclamó a sus rivales internos abrir una nueva etapa de unidad y evitar la quiebra de la organización, cuyo primer paso sería participar en el Consello das Mareas. "No se puede maltratar a los inscritos haciendo algo que no venía en los programas de las candidaturas ausentándose de los órganos de dirección", cuestionó.

El máximo órgano del partido que lidera la oposición en Galicia se reunió ayer en Santiago para constituir su coordinadora, encargada de llevar el día a día. Lo hizo en un cónclave al que no asistieron los críticos, en los que se engloban Podemos, Esquerda Unida, Anova y las mareas que gobiernan A Coruña, Santiago y Ferrol. Las dos primeras ya han mostrado su rechazo a participar en En Marea alegando maniobras de la cúpula de Villares para manipular las primarias.

Las normas internas aprobadas en el último plenario establecen que los once miembros de esa coordinadora formen parte de la lista ganadora de las primarias, que es la de Villares. Paradójicamente, se trata de una regla impuesta por los críticos, que vencieron aquel cónclave. Sin embargo, Villares reiteró su "mano tendida" para que sus rivales participen en la dirección y reconoció que existe la posibilidad de relevar a los miembros del Consello das Mareas que se ausenten de manera constante de las reuniones, pero descartó que sea su intención aplicar esa norma.

A cuatro meses de las municipales, Villares ofreció apoyo a las mareas locales, respetando su "soberanía política". "La gente espera de nosotros trabajo y no ruido interno. Hago una llamada a acabar con cualquier tentación de ruptura", expuso tras recordar que en el programa de los críticos no figuraba ausentarse del Consello, si bien hace dos años el actual portavoz incumplió sus compromisos internos, que establecían un sistema rotatorio de portavocías al que no podría acceder él por ejercer esa función en el Parlamento. Lo hizo tras romper con los que entonces eran sus aliados y hoy son sus enemigos, alegando la intención de estos de nombrar una coordinadora solo compuesta por los ganadores. Villares abogaba por un reparto proporcional.

La nueva coordinadora está conformada por Villares, que además de portavoz será responsable de Relaciones internacionales, Ana Seijas (Organización territorial y municipalismo), Mariló Candedo (Relaciones interinstitucionales), Moncho Veras (Comunicación), Elena Cores (Logística), Adrián Dios (Finanzas, Transparencia y Juventud), Peque González (Coordinación de mareas sectoriales), Mónica Díaz (Relaciones con los movimientos sociales y sindicatos), Xoán Losada (Organización territorial y municipalismo), Beatriz Gómez (Feminismo) y Xoán Hermida (Análisis político y estratégico). Este último estuvo envuelto en una polémica el año pasado al bloquear su toma de posesión del acta de diputado para relevar a Juan Merlo. Finalmente, renunció a acceder al Parlamento.