Cuatro de cada diez delitos detectados en las carreteras gallegas son por ponerse al volante sin carné. Bien porque el infractor nunca ha pisado una autoescuela y lleva años conduciendo sin licencia, bien porque ya ha agotado todo el saldo de puntos pero no ha asistido al curso de reeducación vial para recuperar el permiso o bien porque un juez le ha condenado a un tiempo alejado de la carretera y ha incumplido la sentencia. En 2017, según los últimos datos disponibles de la Fiscalía Superior de Galicia, fueron un total de 1.810 los infractores llevados a juicio en la comunidad por conducir sin carné, lo que se traduce en una media de cinco cada día.

Pese a las continuas campañas de control y el refuerzo de la vigilancia en la red viaria, este tipo de delitos no ha dejado de aumentar en los últimos años. En concreto en 2017 experimentó un repunte respecto al ejercicio anterior de casi un 3%.

La conducción bajo la influencia del alcohol y las drogas es el delito que sienta en el banquillo a más infractores. De los más de 4.500 delitos viarios juzgados en 2017 en los juzgados gallegos, casi 2.400 -el 53% del total- fueron por conducir bajo los efectos del alcohol y/o las drogas.

Desde que entró en vigor la reforma penal de Tráfico que tipifica como delito las infracciones graves al volante, las patrullas de la Guardia Civil interceptaron en las carreteras gallegas a más de 87.000 delincuentes viarios. Siete de cada diez delitos en carreteras juzgados en la comunidad fueron por saltarse alguna norma de tráfico en la red viaria de A Coruña y Pontevedra.