Pese a que el sector crítico insiste en que Luís Villares debería dejar la portavocía de En Marea en el Parlamento gallego, el exmagistrado advierte de que cuenta con el apoyo de los inscritos y desoye las peticiones de renuncia.

Además, el portavoz de En Marea criticó ayer a quienes dedican sus intervenciones públicas a continuar fomentando la crispación dentro de la formación y, por esta razón, volvió a apelar "a la responsabilidad" del sector crítico. De este modo, se refirió a las declaraciones del secretario general de Podemos Galicia, Antón Gómez-Reino, que en una entrevista radiofónica aseguro que si fuese Luís Villares "dimitiría" como portavoz parlamentario de En Marea.

"Pues si yo fuese Gómez-Reino emplearía mis entrevistas para dar cuenta de mis negociaciones de la agenda gallega en los presupuestos generales del Estado, y eso es lo que todo el mundo espera del compañero", espetó el líder de la formación.

Además, negó que la mayoría de los diputados del grupo -los pertenecientes a Podemos, Esquerda Unida y Anova-exijan su dimisión, "no escuché a diez compañeros decir tal cosa".

Y recordó que "quien tiene que cuestionar o poner a alguien al frente del grupo parlamentario son las personas inscritas" que lo respaldaron como líder en varias ocasiones.

A su juicio, las bases de En Marea "hablaron con claridad hace quince días" en el proceso interno, al igual que lo habían hecho en las primarias que lo designaron como candidato a la Xunta en agosto de 2016.

Su cargo al frente del grupo está refrendado, según él, por los resultados cosechados por el partido en los comicios autonómicos en los que los votantes colocaron a En Marea como "segunda fuerza política" y le otorgaron la "vocación de liderar la alternativa al PP".

Por ello, "cualquiera que aliente otro discurso público estará fracasando porque se alejará del mandato ciudadano".