Autobuses de línea regular circulando de noche o de madrugada por las carreteras para llegar a tiempo a la apertura de fábricas y talleres, ajustarse a los horarios de empresas y administraciones públicas y facilitar el cambio de turno en los hospitales y otras grandes instalaciones. Este es uno de los objetivos del Plan de transporte público de la Xunta que este año afrontará la renovación de más de 1.500 líneas y que desde ayer está sometido a consulta pública.

La reestructuración del modelo parte de una sentencia de 2016 del Tribunal Supremo que anulaba la prórroga de las concesiones otorgadas por la Xunta en 2010 -por una vigencia de diez años- para dar estabilidad al sector y por la renuncia masiva a los contratos por parte de las empresas ante la falta de rentabilidad de los servicios que estaban prestando. Lo que pretende el Gobierno gallego es darle una vuelta completa al sistema, con un diseño totalmente nuevo del mapa de rutas ajustado a la demanda real y la incorporación, entre otras novedades, del bus compartido -los autobuses de transporte general se encargarán también del escolar- y el transporte previa demanda.

Y bajo el prisma de adecuar el modelo a la demanda, la idea de la Xunta es establecer un mapa de rutas y horarios que se ajuste a las necesidades de hospitales, grandes centros de producción, polígonos empresariales y sedes administrativas para fomentar el transporte público en detrimento del privado. Y esto supone -no en todas las líneas, evidentemente-, que los autobuses tengan que circular de noche o de madrugada de forma regular para coincidir con los horarios de inicio de actividad de fábricas, oficinas y demás centros con masiva presencia de trabajadores o clientes -como son los hospitales-, de cambio de turno o de cierre de jornada laboral.

"En cada proyecto de explotación se analizará la necesidad de implantar, en determinadas rutas en las que la demanda así lo justifique, servicios de transporte público regular de viajeros por carreteras en horario nocturno y, en general, la conveniencia de ampliar los rangos horarios de prestación de servicios", se recoge en el documento que desde ayer está sometido a consulta pública.

La Consellería de Infraestruturas precisa que entre las numerosas encuestas que se realizaron para conocer la demanda real de transporte público figuran precisamente los polígono empresariales y los hospitales, para tratar de darles cobertura en un horario que se ajuste a las necesidades de trabajadores y clientes. Y allí donde la demanda tenga un carácter estacional, la intención es establecer calendarios de frecuencias diferenciados por cada una de las temporadas.

El nuevo modelo pretender ser mucho más flexible que el actual y, por eso, entre otros cambios, los pliegos de licitación recogerán la previsión de modificar las condiciones de la explotación del servicio -ampliando las frecuencias, por ejemplo- cuando se produzcan determinados escenarios que alteren el comportamiento de la demanda, como puede ser la apertura o cambio de horario de centros de gran atención pública o la celebración de eventos, tanto permanentes como temporales, que supongan un gran movimiento de población, como puede ser el Xacobeo.

La flexibilidad también afectará a las rutas. Actualmente, las empresas de autobuses con una concesión tienen derecho de tráfico sobre la ruta asignada y las demás no pueden pisarla, aunque para ello tengan que dar un rodeo o quedarse lejos de un punto céntrico. Y esto funciona tanto para el transporte interurbano como para el urbano. Lo que busca la Xunta en las nuevas concesiones, sobre todo en el entorno de las ciudades, es restringir el impacto de esta exclusividad de línea y permitir que autobuses de distintas concesiones puedan coincidir en el mismo recorrido en las áreas periurbanas de las ciudades.

La intención es, de entrada evitar los solapamientos, pero que en todo caso la Xunta utilizará "las herramientas legales y reglamentarias existentes" para permitir tráficos coincidentes, de forma que en determinados y limitados trayectos pueden usar la misma ruta autobuses interurbanos y también los del servicio urbano.

En los pliegos de licitación también se valorará que las empresas que pujen por los contratos ofrezcan los precios más bajos de los billetes por los beneficios que ofrecerá.

En este sentido, la Xunta señala que cuanto menor sea la tarifa, mayor será la demanda y la satisfacción del cliente, que más alcanzable resultará para los colectivos más desfavorecidos y que cuanta más gente sea captada por el transporte público, menos será usado el vehículo privado, con lo que eso supone de mejora de las condiciones medioambientales.