Los primeros temblores en Galicia en este 2019 han llegado todos juntos: tres días consecutivos de pequeños terremotos, dos con epicentro terrestre y otro par con origen en las rías gallegas. A las 3.40 h la madrugada de hoy se detectó un movimiento en el Concello de Taboada, provincia de Lugo, de magnitud 1.5 en la escala abierta de Richter.

Horas después, a las 9.08 h de la mañana, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) registraba otro más fuerte: de 3.1 con epicentro en el océano Atlántico, cercano a las costas gallegas en su flanco este, a 31 metros de profundidad.

El domingo, el IGN localizaba el primer temblor del año a las 18.20 h, con epicentro en el municipio ourensano de Cualedro (Verín) y una profundidad de 4 kilómetros. Y ayer, el segundo, a las 6.00 h, de magnitud 2.7 y 20 kilómetros de hondura, también en el Atlántico, concretamente en un área próximo al norte de la comunidad.

Antes de esta racha, el anterior seísmo analizado data del pasado mes de noviembre, que tuvo su nudo en Melgaço, Portugal, y que se llegó a sentir en el sur de Pontevedra, especialmente en la comarca de Condado, e incluso llegó hasta Lalín, a casi 100 kilómetros de distancia de la frontera portuguesa. Este fue de magnitud 3,8 en la escala abierta de Richter. Ninguno de los nuevos sismos alcanzó tal envergadura, pero sí han existido.

Lo cierto es que los terremotos de magnitud inferior a los 3.5 en la escala Richter no se perciben por lo general, y de 3.5 a 5.4 se sienten y solo causan daños menores. A partir de 6.1, se podría considerar de gran importancia para el estado de las poblaciones.