Los ganaderos gallegos celebran la entrada en vigor del decreto que obliga desde ayer a identificar en el etiquetado de la leche y los derivados su origen. El sector confía en que la nueva medida, incluida en el acuerdo lácteo aprobado ya hace más de tres años, repercuta en el precio del producto en origen, que en Galicia es de los más bajos no solo de España sino de Europa. Para el secretario xeral de Unións Agrarias (UUAA), Roberto García, la implantación del nuevo etiquetado es un soplo de esperanza para el sector y aguarda una "respuesta masiva" de los consumidores a los lácteos autóctonos que suponga un repunte de precios para los productores y así puedan cubrir costes.

En un acto de campaña informativa en un supermercado de Santiago, García defendió la "transparencia" en los productos alimentarios acerca de su procedencia y sus garantías, que en el caso de la leche gallega, ofrece una "mayor calidad" y trazabilidad de explotaciones en una comunidad libre de brucelosis y tuberculosis bovina.

Los ganaderos gallegos pierden, según sus cálculos, 113 millones cada año debido al bajo precio de la leche. Los productores de la comunidad cobran cinco céntimos menos que los europeos por litro, una merma millonaria que consolida la diferencia de precios dentro del mismo sector. La horquilla de precios por litro en países como Francia y Alemania que se paga a productores está entre los 36 y los 38 céntimos, por lo que en Galicia si hay contratos por 32 céntimos "supondría una venta a pérdidas", explicó ayer Roberto García. Con el nuevo etiquetado, esta situación podría quedar atrás. El objetivo, según el responsable de Unións Agrarias, es que los consumidores penalicen en sus compras aquellos productos que incumplan la medida del nuevo decreto o "estrangulen precios", mientras que por el mismo valor se "apueste por el producto nacional".

La demanda no es solo para los consumidores. Y es que desde Unións Agrarias solicitan tanto al Gobierno central como al gallego que pongan en marcha campañas de fomento del consumo de leche y productos propios dirigidas a los compradores. Esto ayudaría a frenar el "abandono del 5% mensual" de explotaciones en Galicia, que descienden hasta la cifra de 7.000 cuando en un pasado llegaron a ser 90.000 granjas en el momento de entrada en la UE.

La medida, con retraso

El cumplimiento del decreto llega a España dos años después de que lo hiciese en países como Francia, Portugal e Italia. El responsable de UUAA señaló además que en el caso francés esa normativa produjo una caída en las importaciones de más del 30% de la leche proveniente de Alemania.

La diferencia entre el resto de países y España es la necesidad del producto lácteo. El conjunto español es un país deficitario en lácteos, ya que produce siete millones de toneladas mientras consume 9,5. Debido a esta circunstancia, "no tendría justificación" que algún ganadero tuviese dificultades para vender su leche o que los precios continúen por debajo del mercado europeo, porque significaría un "abuso de posición dominante" de la industria o un "pacto anticompetencia", explicó García.

Con la entrada en vigor del decreto sobre el etiquetaje del origen -que también afecta al yogur, la nata, la mantequilla, lactosueros, quesos o requesón, entre otros- los ciudadanos verán por primera vez a la hora de comprar los productos lácteos tanto el origen en el que la leche ha sido ordeñada y transformada, por lo que se facilita el derecho a la elección de compra.