La Xunta debe afrontar este año la reordenación del transporte público de viajeros de la comunidad autónoma, que se sustentará en buena parte en la utilización de autocares escolares. En una primera fase se contratarán 1.917 rutas, de las que el 70%, más de 1.400, serán autobuses de estudiantes en los que se permitirá viajar a otros usuarios cuando haya plazas vacantes. Esto supondrá casi triplicar la cifra de transporte compartido que funcionaba hasta ahora: 492 líneas.

La renuncia masiva de los concesionarios de las líneas de transporte de viajeros en 2016 al alegar la falta de rentabilidad de las líneas obligó a la Xunta a lanzar un plan urgente en 2017 para renovar los contratos. En ese momento, se adjudicaron 800 rutas, de las que 492 eran de autobuses escolares que podían ser usados por otros viajeros para trasladarse. Esta modalidad de transporte escolar compartido se puso sobre la mesa para garantizar la movilidad de los viajeros del rural, donde sería difícil garantizar la rentabilidad de líneas de autobuses debido a la dispersión y a la despoblación de algunas zonas. Y, por otro lado, se aprovechaba la extensa red de autobuses escolares que, en muchas ocasiones, no lograban llenar todas sus plazas.

Aunque en un principio este sistema suscitó dudas, sobre todo entre los padres de los alumnos, la Xunta asegura que, según las encuestas realizadas a los primeros usuarios, tres de cada cuatro valoraron positivamente el servicio de transporte compartido y bajo demanda.

En la actualidad el 12% de las rutas de transporte escolar son compartidas. Al elevarse a 1.400 las líneas con esta modalidad, se llegará al 35% de las rutas escolares. Y el objetivo es que en una segunda fase del plan, a mediados de año, se llegue al 55%. El resto, según explicó ayer el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, no se puede utilizar para el traslado discrecional de viajeros porque no sería compatible con los horarios escolares.

Una de las novedades que se introducirá este año es que la integración del transporte escolar se hará en función de los centros educativos, de tal forma, que serán compartidas todas las líneas relacionadas con un colegio. En esta primera fase del plan serán 280 centros. Así, se facilita la gestión y la atención a los usuarios y dejarán de convivir en un único colegio líneas de autobús compartidas y otras que no lo son. Feijóo también destacó que, con esta primera fase del plan, estará cubierta "toda la provincia de Ourense, la mayor parte de la de Lugo, la mitad de Pontevedra y bastantes zonas de A Coruña". La segunda parte se hará pública en el mes de junio.

El presidente de la Xunta recordó que el plan de transporte compartido, desde su puesta en marcha en septiembre de 2017, permitió realizar casi 300.000 viajes aprovechando las plazas vacías en los buses escolares. De este modo, se incrementaron un 37% los kilómetros recorridos.

Una de las novedades del plan, según avanzó el presidente gallego, es que todas las líneas que lleguen a un mismo centro educativo tendrán que tener la modalidad de autobús compartido, ya que hasta ahora sucedía que en algunos centros algunas líneas tenían este modelo y otras no.