La DGT ha puesto en marcha esta semana una nueva campaña de vigilancia en las carreteras de todo el país. Desde ayer y hasta el viernes, el transporte escolar estará en el punto de mira de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil con una media de 100 inspecciones cada día en la red viaria gallega. Durante estos cinco días, los agentes intensificarán la vigilancia, prestando especial atención a las autorizaciones y documentación de los vehículos y de los conductores. Además de las condiciones técnicas y elementos de seguridad de los autobuses, así como los requisitos especiales que debe cumplir el propio chófer -permiso de conducción o tiempos de descanso-, las patrullas verificarán el uso del cinturón de seguridad, la velocidad a la que circulan, el consumo de alcohol y/o drogas o el uso del teléfono móvil.

Con este dispositivo especial de vigilancia, la DGT, en colaboración con los ayuntamientos, se propone fomentar e incentivar los "caminos escolares seguros" con el objetivo de "promover la movilidad sostenible desde edades tempranas", según apuntan desde el departamento que dirige Pere Navarro.

En España, son más de 630.000 los alumnos que utilizan a diario el transporte escolar para ir al colegio. En Galicia son más de 94.000. Aunque se trata de un medio seguro, la vulnerabilidad de sus pasajeros y el tipo de vías por el que circula -en su mayoría carreteras secundarias- hacen necesaria una especial vigilancia para garantizar una conducción segura. Con esta campaña, la DGT quiere recordar a los padres el derecho a exigir a los centros educativos o a las asociaciones de padres y madres que los autobuses que se encarguen del transporte escolar cumplan todos los requisitos normativos para realizar este tipo de transporte.

Detrás de los siniestros con este tipo de vehículos suelen estar la velocidad inadecuada y las distracciones. Por este motivo, los agentes vigilarán de manera especial si se pisa más de la cuenta el acelerador y si se usa el móvil al volante. Los controles de alcohol y de drogas también se incrementarán y se vigilará si se utiliza el cinturón de seguridad -actualmente más del 60% de los buses escolares ya lo tienen incorporado-.

En Galicia se realizarán durante esta campaña entre 80 y 100 inspecciones diarias a este tipo de vehículos, lo que supone entre 400 y 500 autobuses controlado en las carreteras gallegas hasta el viernes. Este dispositivo supera el llevado a cabo hace un año; ya que entonces fueron sometidos a vigilancia 340 buses escolares, de los que 160 (el 47%) fueron objeto de denuncia por deficiencias o infracciones viarias. La mayoría de los conductores sancionados en la campaña de 2018 se fueron a casa con más de una multa al ser detectados tras varias infracciones. En solo cinco días, 241 expedientes sancionadores, casi la mitad por carecer de la autorización especial de transporte escolar por parte de la Xunta, bien por olvidarse la renovación o no haberla solicitado.

Nueve de cada diez accidentes que se producen durante el transporte escolar ocurren en el momento de subir o bajar del vehículo o justo en los instantes inmediatos, según detallan desde la DGT. En muchos casos se trata de atropellos causados por una distracción del menor, del conductor del autobús o de los padres. Para evitar este tipo de siniestros, Tráfico recomienda a los padres respetar las paradas, ir con tiempo suficiente y no esperar a los niños al otro lado de la calzada.