José Blanco, ministro de Fomento cuando se inauguró la línea Ourense-Santiago, en la que se produjo el siniestro del Alvia, proclamó ayer que no tuvo "nada que ver con la modificación de la cobertura del ERTMS", un sistema de supervisión continuo de la velocidad que frenaría automáticamente el tren y del que quedó fuera la curva de A Grandeira, e incidió además en que no hubo las "prisas" que se le reprocharon para llegar a estrenar la línea en su mandato. De hecho, comentó, le ofreció al gobierno entrante, del PP, retrasar la inauguración y este lo habría rechazado.

Así lo aseguró ayer en su intervención en la comisión de investigación parlamentaria sobre el siniestro en el que fallecieron 80 personas, más de cinco años y medio después de la tragedia, un foro en el que también pidió "disculpas" a las víctimas, mostró su "arrepentimiento" por no haber dado antes el visto bueno a la comisión y en donde proclamó que "nadie hasta ahora" ha "señalado una sola decisión" suya que "tuviera como consecuencia el accidente".

Blanco insistió en aclarar dos puntos, sobre el cambio en el sistema de seguridad y sobre los plazos, que aseguró no haber condicionado a las elecciones, pese a que la diputada de En Marea Alexandra Fernández le reprochó que "lo que hubo de fondo son prisas". "Comprendo el dolor de las víctimas, su indignación y comprendo que traten de buscar una responsabilidad como sea, pero aún nadie hasta ahora ni tampoco hoy en esta comisión ha señalado una sola decisión que yo haya adoptado o impulsado y que tuviera como consecuencia el accidente", le explicó.

"Se ha dicho, o se ha dado a entender, que como ministro firmé dos modificados: el cambio de ancho de vía y el de señalización y seguridad", donde se incluye el ERTMS, y "no es cierto", proclamó Blanco. "No tuve conocimiento, ni tenía por qué tenerlo", dijo, de la "modificación de la cobertura del ERTMS", ya que es un contrato que no tiene que ser autorizado por el Ministerio de Fomento. Según indicó, solo autorizó la continuidad provisional de las obras de montaje de la vía.

Sobre las supuestas "prisas" por inaugurar la línea -que él defendió como de "alta velocidad", "diga lo contrario quien lo diga"-, que le reprochan grupos como En Marea o ERC, Blanco defendió que "no había perspectiva electoral alguna" y que "nunca" propuso "modificar o alterar los calendarios para la puesta en servicio de la línea, a excepción de la electrificación de A Coruña a Santiago", que desvinculó de la cuestión de la seguridad.

A preguntas de Alexandra Fernández, diputada de En Marea, quien insistió al exministro en que definiese si "la modificación del proyecto fue una cuestión importante en la rebaja de la seguridad de la vía" y reprochó que en la comisión "los cargos técnicos han echado la responsabilidad a los altos cargos" y viceversa, Blanco recordó que "no era obligatorio" que el ERTMS "estuviera instalado en ese momento en la línea". Sí reconoció que, aunque el riesgo "cero" no existe y no es "experto", con el sistema habría habido "más probabilidades" de que no ocurriese el siniestro. Sí desechó a preguntas del diputado de ERC Gabriel Rufián que la transición de un sistema a otro estuviese vinculada a "costes" o "intereses comerciales". "Nunca se hubiera hecho esta línea porque no hay retornos que puedan justificar el interés comercial", defendió, sino que el interés está en "dar mejor servicio" a los ciudadanos. "Solo me arrepiento de no haber aceptado en su momento comparecer en esta comisión de investigación pues esa decisión se malentendió", señaló. Porque esa actitud, añadió, se vio como "un deseo de encubrir hechos o dificultar" la investigación. Recalcó además que no existió un "pacto de silencio" y que no participó "de ninguna estrategia para construir una verdad sobre el accidente". "Mis más sinceras disculpas si por acción u omisión, de hecho, o de palabra, a lo largo de este tiempo no he podido o no he sabido contribuir a paliar el dolor causado por esta tragedia", finalizó.