Después de un año en el que se batieron los registros de la década en hectáreas calcinadas, 2017, cuando ardieron 61.700, el ejercicio pasado los montes gallegos pudieron respirar un poco. Aunque se quemaron 2.608 hectáreas, la cifra sería la segunda más baja de los últimos diez años. Solo la desbanca el mejor dato del año 2014, cuando las hectáreas que fueron presto de las llamas no llegaron a 2.000.

Las cifras de superficie quemada las aportó ayer el conselleiro do Medio Rural, José González, durante una comparecencia en la Cámara gallega a petición propia para informar de las líneas estratégicas de su departamento. En su intervención, indicó que los fuegos notificados fueron en total 1.426, también la segunda mejor cifra tras la correspondiente a 2014, cuando habían sido poco más de 1.200.

Pese a que los números son mejores que los de 2017, González advirtió de que "tres de cuatro incendios" en la comunidad "son provocados por la mano del hombre", lo que aprovechó para hacer un llamamiento a la colaboración ciudadana, que se va a "fomentar" y a "facilitar" con la puesta en marcha de un teléfono anónimo de denuncia de la actividad incendiaria.

Los incendios serán uno de los ejes de atención de la Consellería, que avanza que la Xunta elaborará una nueva ley de prevención y extinción para "avanzar" en la lucha contra el fuego. González indicó que en política forestal la Administración gallega sigue las recomendaciones de la comisión específica del Parlamento.

El titular de Medio Rural también se refirió a la integración de la actividad forestal y agroganadera y resaltó que es "clave" el catálogo de terrenos de alta productividad agropecuaria y forestal de Galicia, en el que trabaja su departamento junto al de Medio Ambiente. Lo que se busca, explicó, es desarrollar una "planificación integral del territorio rural y de los usos del suelo", basándose en sus diferentes aptitudes y con vistas a favorecer la recuperación y la puesta en valor de la tierra. Para articularlo, la Xunta, dijo, trabaja en el texto de la futura ley de recuperación y puesta en valor de la tierra agraria de Galicia.

González justificó la necesidad de una norma específica por poner en relación el suelo rústico de la comunidad, que está compuesto en un 75% por pequeñas parcelas dispersas pertenecientes a propietarios dispersos y, "en su mayoría", apunta Medio Rural, "desligados" del campo, con la "clara" demanda de terreno productivo.

Los socialistas advertían ayer de que la falta de presupuestos dirigidos al Medio Rural por parte del Gobierno gallego aboca al fracaso lo que el presidente de la Xunta llamó "Legislatura del Rural". Para el PSdeG hay una "incongruencia palpable" entre las propuestas del Ejecutivo gallego y el "realismo de las partidas presupuestarias".