Un conductor de 74 años interceptado en plenas fiestas navideñas en sentido contrario en la A-52, una mujer de 57 años recorre ocho kilómetros de la autovía de A Costa da Morte por el carril equivocado, un hombre que provoca un accidente en Vilaboa al incorporarse a la AP-9 en contra sentido? Son algunos de los casos más recientes de automovilistas de edad avanzada que se confunden en el acceso a una autopista o autovía gallega o viajan varios kilómetros por el carril contrario. Ante las sospechas de que los infractores sorprendidos en estas circunstancias no reúnan las condiciones psicofísicas para seguir al volante, Tráfico abre un procedimiento en el que les requiere para un examen médico del Sergas con el objetivo de confirmar si están aptos para la conducción o si por el contrario les debe ser revocado el permiso o se le debe imponer algún tipo de restricción o limitación.

Solo en la provincia de A Coruña fueron propuestos el año pasado para control médico extraordinario un total de 174 conductores, lo que supone uno cada dos días. La cifra no ha hecho más que multiplicarse en los últimos años, según revelan las estadísticas de la Jefatura Provincial de Tráfico de A Coruña. El balance de 2018 supone un incremento de este perfil de conductores bajo sospecha de casi el 20% respecto al ejercicio anterior -con 147 procesos abiertos por infracciones detectadas en las carreteras coruñesas- y más del triple que los iniciados hace cinco años -un total de 60-. Entre 2014 y 2018, ante las sospechas de que los infractores interceptados en la red viaria de A Coruña no estuvieran aptos para la conducción llevó a Tráfico a requerir para que un examen por parte de los médicos del Sergas a un total de 576 automovilistas.

La mayoría de los infractores en el punto de mira por sus capacidades psicofísicas son mayores de 75 años, pero también hay personas de menos de 50 años que debido a sus condiciones de salud ponen en riesgo su seguridad y la de los demás usuarios.

La situación en Galicia preocupa cada vez más a Tráfico ya que la comunidad presenta un mayor riesgo en carretera al existir una población más envejecida. Los datos de censo de conductores son un reflejo de la pirámide poblacional: de los más de 1,7 millones de automovilistas gallegos, casi 100.000 superan los 74 años, lo que supone casi el 6% del total. Las tasas de mortalidad en los accidentes ocurridos en las carreteras gallegas también constatan el peso de este grupo en la siniestralidad viaria: uno de cada tres fallecidos en colisiones, salidas de vía o atropellos en la comunidad supera los 65 años.

Ante el cada vez más elevado número de conductores interceptados en sentido contrario, la Agrupación de la Guardia Civil de Tráfico incrementó desde 2017 los controles de vigilancia sobre este tipo de usuarios, mientras que Fomento y DGT reforzaron con señales fluorescentes y pintadas los accesos a autovías y autopistas para evitar los accesos por el carril equivocado.

Una vez elevada por Tráfico la propuesta de revisión, el Sergas determina en sus pruebas si finalmente el conductor requerido es "apto" o "no apto", y según el resultado podrá derivar en la apertura de diligencias al psicotécnico que expidió el certificado por posibles irregularidades. A la mayoría de los infractores con expediente abierto le es revocado el permiso de conducir, bien porque ya ni se presentan en el centro médico para reconocimiento extraordinario o bien porque el chequeo resuelve que no es apto para seguir al volante. Al resto se le imponen restricciones como no conducir de noche, circular solo a unos kilómetros del domicilio, evitar ponerse al volante sin acompañante, circular a una velocidad menos que la limitación genérica o imponerle tasa de alcohol cero.

Desde la Jefatura de Tráfico de A Coruña, la responsable de la DGT en Galicia, Victoria Gómez Dobarro, apelaba en una entrevista este fin de semana en este periódico a familiares de conductores de avanzada edad y a sus médicos a implicarse para "educar a los mayores a dejar de conducir".

Haz click para ampliar el gráfico