-En el libro que ha presentado en la comunidad gallega esta semana, El contraataque liberal , usted llama a combatir e nacionalpopulismo en Europa. Precisamente va a ser cabeza de cartel de Ciudadanos en las elecciones europeas. ¿Cómo debe combatirse?

-Debe combatirse en tres ejes, que son los siguientes. Hay que plantear la batalla de los sentimientos y las emociones. Los nacionalismos promueven sentimientos excluyentes, de superioridad y nosotros debemos promover un patriotismo integrador porque acepta la diferencia, autocrítico porque reconoce que hay cosas que se pueden hacer mejor, y positivo, basado en un proyecto común. El segundo eje pasa por mejorar la eficacia de nuestras instituciones. Y el tercero, por desarrollar políticas económicas que luchen contra las causas del populismo, asegurar que todo el mundo se beneficie del progreso tecnológico.

-Sostiene que hay un peligro serio de destruir Europa por parte de fuerzas nacionalistas y populistas, en las que incluye el partido de Le Pen en Francia, de Salvini en Italia, y de Abascal en España. ¿Qué ganan ellos?

-Ellos ven la unión de soberanías para tener más peso en el mundo como una enemiga de la soberanía nacional. Y es falso. Lo hemos visto con Reino Unido y el Brexit. Piensan que van a recuperar el control, pero lo que sucede es que al estar fuera de Europa no van a tener el control de nada. Son demasiado pequeños.

-¿Es posible la disolución de la Unión Europea?

-Es posible. Está habiendo retrocesos muy importantes en Hungría y Polonia, en materia de libertad judicial y de expresión, Reino Unido sale de Europa, e Italia vuelve a un discurso muy antifrancés, muy de otro tiempo. Es perfectamente posible.

-En la sombra, según su tesis, maniobran Estados Unidos y Rusia. ¿Que quieren ellos?

-Rusia quiere volver a tener hegemonía e influencia en Europa del Este. Y Trump cree que todo multilateralismo y cualquier atadura es mala, pero se equivoca, para EEUU que Europa sea una fuente de estabilidad y orden es positivo. Es un momento de extrema gravedad en Europa. Podemos perder 70 años de paz y estabilidad, que nunca habíamos tenido antes, solo por eso deberíamos votar en las elecciones europeas de mayo.