Los conductores han castigado a la concesionaria de la AP-9, Audasa, por las cuatro subidas de los peajes en el último año. Durante el pasado ejercicio, 24.036 vehículos utilizaron de media cada día la autopista que vertebra Galicia de norte a sur. Fue un 2,1% más que el año anterior, pero es la cifra más baja de los últimos cuatro ejercicios. En 2017 el crecimiento fue del 3,9%; en 2016, del 3,6% y en 2015, del 5,5%, según las estadísticas del Ministerio de Fomento.

En el último año, los peajes de la Autopista del Atlántico han aumentado en cuatro ocasiones hasta un 7,3%. En enero de 2018, subieron un 1,9% tras la aplicación correspondiente de la actualización del IPC.

A finales de octubre del pasado año volvieron a incrementarse casi un 2%: un 1% por el que se compensaba a Audasa por las obras de la circunvalación de Santiago, el enlace de Sigüeiro, los accesos de Vigo y O Morrazo y el puente de Rande, y otro 0,9% por las bonificaciones en los trayectos entre Vigo y Pontevedra.

El pasado 1 de enero volvieron a subir otra vez los peajes: un 3,5%. Solo tres autopistas españolas tuvieron un incremento superior a la media nacional del 1,67%, aunque la AP-9 fue la que más se encareció. Después, se situaron la AP-7 Alicante-Cartagena y la AP-46 Málaga-Alto de las Pedrizas, en ambos casos con un 2,69%. De esta forma, en el último año los gravámenes de la Autopista del Atlántico se han disparado un 7,3%.

Más de 24.000 vehículos al día

Pese a que el incremento del tráfico no fue similar al de los tres ejercicios anteriores, la AP-9 cerró 2018 con la quinta subida anual consecutiva, tras seis años de caídas, al superar los 24.000 vehículos de media al día. Es la cifra más alta desde 2011 cuando alcanzó los 24.961. Desde los máximos de 2007, en plena expansión de la economía, el tránsito por la autopista gallega ha moderado su caída hasta el 12% actual, muy por debajo del desplome que se produjo en los peores años de la crisis, en los que el descenso llegó al 23% en 2013 y 2014.

Durante 2018, la AP-9 tuvo dos caídas de tráfico con respecto al mismo mes del ejercicio anterior: marzo (-0,6%) y noviembre (-0,4%). Si se obvian estos dos descensos y el que tuvo en abril de 2017 (-0,1%) el tráfico en la AP-9 encadenaría 52 meses de crecimiento.

En diciembre, la intensidad media diaria fue de 22.273 vehículos, un 3,6% superior al mismo mes del año anterior. De esta forma, el tráfico en la autopista gallega recuperó la senda positiva tras la caída del 0,44% del mes de noviembre. Por su parte, el tráfico pesado cayó un 1,5% en el último mes del año con 1.696 vehículos de media al día, con lo que encadenó la segunda bajada tras el descenso de noviembre.

En el ámbito político, el Congreso apoyó a finales del año pasado la transferencia de la AP-9 a Galicia, después de que el Gobierno de Pedro Sánchez, tras su llegada a la Moncloa, levantase el veto del Ejecutivo de Mariano Rajoy a discutir esta medida en el Congreso.

La ley que permitiría el trasvase de la autopista estaba previsto que se aprobase antes de abril, pero con el adelanto electoral que se anunció ayer, la transferencia de la autopista queda paralizada.

Si la AP-9 subió por debajo de la media nacional (2,7%) en 2018, no ocurrió lo mismo con la otra autopista de titularidad estatal que hay en Galicia: la AP-52 entre Santiago y el Alto de Santo Domingo (Ourense). Durante el pasado año, el tráfico en esta vía creció un 3,35%.