El guion de la desintegración de En Marea como casa común del espacio rupturista prosigue, si bien el proyecto nacido en verano de 2016 y que lidera la oposición en el Parlamento gallego está ya finiquitado. Anova, Podemos y Esquerda Unida avanzaron ayer que abren un diálogo para reeditar su coalición en las elecciones generales del 28 de abril al margen del partido instrumental, con cuya cúpula mantienen una guerra abierta. El líder de este, Luís Villares tachó de error su posición. "Los que hablan de reeditar una coalición saben que reiteramos un error y vamos a quedar sin grupo propio [en el Congreso]", expuso. "No queremos engañar a nadie y tampoco queremos que nos engañen", añadió.

Las primarias de diciembre fueron el detonante de la ruptura de este proyecto de unidad y desde entonces se suceden los pasos que derivarán en que compitan en las urnas En Marea y el bloque Anova-Podemos-Esquerda Unida, que abordarán desde la próxima semana cómo elegir candidatos y, sobre todo, qué nombre presentarán, pues la marca En Marea no les pertenece. La opción de plantear la marca Unidos-Podemos estatal dejaría a Anova y su discurso nacionalista fuera de juego. En 2015 la coalición logró seis diputados y perdió uno al año siguiente. Ahora este espacio irá dividido, por lo que sus apoyos, en principio, se dividirían, si bien todos ellos resaltaron la necesidad de unidad frente al bloque de la derecha de PP, Ciudadanos y Vox.

En Marea concurrirá a los comicios generales como partido autónomo y abrirá el plazo para presentarse a sus primarias para confeccionar las listas de generales y europeas -previstas el 26 de mayo- el 25 de febrero. El 13 de marzo contarán con candidatos, entre los que Villares confía que esté Alexandra Fernández, la única de los cinco parlamentarios de la coalición En Marea en el Congreso que cumplió las órdenes del partido y se opuso a los presupuestos generales, que reducían un 19% la inversión en Galicia.

Villares compareció tras la reunión del Consello das Mareas que aprobó el citado calendario de primarias minutos después de que Anova anunciase que abría diálogo con sus socios de Podemos y Esquerda Unida, así como con las mareas municipales, para sellar un proyecto electoral para el 28-A. No citó a En Marea.

Misma postura adoptaron en sendos comunicados también esta mañana Podemos y Esquerda Unida. Esta última incluso abogó por la "refundación del espacio de unidad popular", en alusión a su oposición al rumbo de En Marea.

Villares le respondió. "La unidad popular está refundada desde 2016 cuando superamos los viejos partidos y las viejas dinámicas de coalición que dejaban fuera a las personas no afiliadas y creamos un espacio que nos permitió a todos participar en política", espetó.

Podemos limitó su diálogo a las fuerzas que se aliaron en 2015 para sellar una nueva coalición. Por su parte, Anova evitó citar a En Marea. "Vamos a dar continuidad al camino de la Unidad Popular que iniciaron AGE, las mareas municipalistas y el Acuerdo de Mazarelos que suscribimos Anova, Esquerda Unida y la Asamblea de Vigo como apuesta por la ruptura democrática, la defensa de los derechos sociales y de las libertades individuales y nacionales de Galicia", alegó.

Las generales del 28-A se presentan como una cita con la aparente mayor fragmentación de voto desde la Transición y con la derecha dividida como casi siempre ha estado la izquierda. En un contexto que En Marea considera prioritario sellar una alianza inédita. Ante la división de "las tres derechas y las tres izquierdas", como definió el proceso sin dar por hecha la ruptura en su propio espacio político, el líder de En Marea, Luís Villares, propuso a PSdeG y BNG confeccionar una candidatura conjunta al Senado, para el que se eligen miembros con listas abiertas y diferente sistema electoral que el Congreso. No suscribir ese pacto, sería "un error histórico", expuso tras explicar que el partido más votado copa el 75% de la representación frente al 25% del minoritario. Se trataría de "hacer de la necesidad virtud y agrupar fuerzas".

En las últimas generales, de junio de 2016, el PP obtuvo 12 de los 16 senadores que corresponden a Galicia, mientras que el PSdeG logró tres y En Marea, un acta por Pontevedra. Villares justificó su oferta para fortalecer la trinchera ante la "promiscuidad política del PP con Vox", demostrada, aseguró, por que los populares "en Galicia se hayan negado a condenar pactos con fuerzas políticas machistas", "xenófobas o supremacistas".