A escasas dos semanas de cumplirse dos años de la prohibición de plantar patatas en 33 concellos afectados por la polilla guatemalteca, un veto que se prorrogará sin un plazo fijado, la Xunta ha hecho balance del plan de acción para evitar la propagación de la plaga y conseguir su erradicación. El primer objetivo se ha conseguido, pero la Consellería de Medio Rural continúa con los controles en las zonas todavía en cuarentena para garantizar que no haya plantaciones y almacenes contaminados por la Tecia solanivora.

Desde que se detectaron los primeros casos de patatas infectadas en la comunidad, el Ejecutivo autonómico invirtió casi dos millones de euros, según el informe presentado ayer en el Consello de la Xunta. A esta cifra hay que añadir 250.000 euros más en ayudas para los afectados, que suman unos 2.000 expedientes, según detallan desde del departamento que dirige José González.

La mayor parte de la inversión se destinó a la retirada, transporte y destrucción de las patatas recogidas puerta a puerta por los técnicos de Medio Rural, así como las trampas colocadas para detectar la polilla, dípticos y otro material informativo con el objetivo de concienciar a agricultores, transportistas y comerciantes de la importancia de las medidas implantadas en las zonas en cuarentena para poner fin a la plaga.

Desde que la Xunta constató la presencia de la polilla guatemalteca en Galicia -en la actualidad son más de una treintena de concellos de A Coruña y Lugo afectados-, se destruyeron más de 500.000 kilos de patata.

Las medidas adoptadas por la Consellería de Medio Rural para erradicar la plaga han sido avaladas por auditores de la Unión Europea, que visitaron las zonas infectadas y calificaron de eficaces los controles realizados.