Dos buques de Gran Sol de Celeiro y Vigo fueron multados en los últimos días por parte de las autoridades españolas por un conflicto entre lo que dicta la normativa pesquera nacional y la comunitaria sobre la obligación de desembarque, en vigor desde el pasado 1 de enero. Tras la prohibición del descarte pesquero, los gransoleros se vieron obligados a llevar a puerto todas las capturas que habían realizado de besugo pese a que sabían que sobrepasaban el tope de 500 kilos por marea permitido por España. Cuando desembarcaron en Burela fueron inspeccionados y se les abrió una propuesta de sanción. Se trata del primer caso conocido en el que las "incoherencias" entre la normativa nacional y la comunitaria sobre descartes generan un problema a la flota. Madrid trabaja en la actualidad en un real decreto y en una orden para intentar regular este tipo de choques legislativos.

Los dos buques son palangreros de fondo que faenan en el histórico caladero y que pertenecen a Celeiro y a la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI). A preguntas de este periódico, el gerente de la OPP-77 y delegado de flota de Porto Celeiro, Jesús Lourido, explicó que estas situaciones "no se pueden evitar". "El besugo es una especie de estrangulamiento [de las llamadas choke species] para la flota y al menos en el caso del barco que representamos supone simplemente una pesca accesoria", indicó Lourido.

El barco, de Cariño, llegó a Burela con algo más de 20 toneladas de merluza (su especie principal) y 1.000 kilos de besugo (especie accesoria, un 5% del total). El buque declaró estas capturas y las desembarcó en función de la normativa comunitaria pese a superar en 500 kilos lo fijado por España por cada marea. Esta medida fue adoptada por la escasa cuota de la que dispone el país, que este año asciende a 81 toneladas y de las que 27 corresponden a la flota de Gran Sol.

Sobre la sanción, Lourido comentó que puede "ascender a varios miles de euros" y que le puede pasar a cualquier barco, por lo que habría "un problema muy grande". "Lo mismo puede suceder con otras especies como la caballa, para la que también hay poca cuota y que va a entrar ahora por Francia", apuntó el gerente de la OPP-77.

Modificaciones

El sector recuerda que esta situación es algo "que se veía venir" al no estar adecuadas las normativas españolas a la obligación de desembarco. "Parece que se está actuando sobre la marcha", señalaron ayer armadores de Gran Sol consultados que todavía no saben cómo actuar ante este tipo de situación.

Para ello, el Gobierno trabaja en varias órdenes y decretos que intenten reorganizar la actividad de la flota. El pasado agosto el Ministerio de Pesca sacó a consulta previa las modificaciones en las órdenes que afectan a los buques españoles y en los últimos días ha publicado una consulta para el proyecto de real decreto con el que regular la comercialización de los productos sujetos a la norma de descartes.

En este último texto se alude a la necesidad de "adoptar la normativa nacional para conseguir un adecuado cumplimiento de la obligación de desembarque", así como a "dar respuesta a determinadas situaciones que se producen en la comercialización de los productos pesqueros que no se encuentran reguladas".