Un tercio de las subvenciones que reciben los jóvenes que se incorporan al rural van a parar a las arcas de la Agencia Tributaria. Y para rendir cuentas con el fisco, deben tributar en el primer año por la totalidad de esas ayudas recibidas por ponerse al frente de una explotación ganadera o dedicarse a la agricultura. Desde la Xunta reclaman un cambio en la normativa que regula el IRPF para los jóvenes que deciden dedicarse a la actividad agraria permitiéndoles declarar estas prestaciones, que oscilan entre los 20.000 y los 70.000 euros, durante un periodo mínimo de cinco años.

Desde el estallido de la crisis, más de 3.000 jóvenes se incorporaron a la actividad agraria en Galicia. En 2016 se batió el récord de altas en el sector, con un total de 618 adhesiones, el doble que las contabilizadas en 2009. Desde Unións Agrarias atribuyen el aumento experimentado en los últimos años principalmente al efecto llamada producido por el aumento de las ayudas por parte de la Administración, así como a la falta de empleo en las ciudades, lo que mantiene el rural como un nicho de negocio. El sector agrario demanda desde hace años poner fin a la carga de impuestos que tienen que afrontar por percibir estas subvenciones. Y es que el 30% de las ayudas para los jóvenes por incorporarse al campo van a parar a la Agencia Tributaria, lo que supone una factura fiscal de 6.000 euros a pagar en un solo año de una subvención de 20.000 euros.

Con el objetivo de que se modifique la actual normativa que regula el IRPF, el conselleiro de Medio Rural, José González, avanzó ayer que reclamará al Gobierno que las ayudas percibidas por los jóvenes que deciden dedicarse al rural no tributen en el primer año en su totalidad, como ocurre ahora, sino que se reparta durante un periodo de amortización el activo adquirido con un mínimo de cinco años. La Xunta defiende que el periodo mínimo sea de cinco años ya que es el tiempo de compromiso adquirido por los jóvenes de mantener la actividad agroganadera con la solicitud de la subvención.

Esta propuesta, según destacó ayer el conselleiro de Medio Rural durante su intervención en la feria GandAgro celebrada en Silleda, beneficiaría a los jóvenes ya que -argumentó- evitaría que la tributación se concentrase en el primer año de actividad, "cuando más dificultad tienen para pagar", y al repartirla en varios años tendrían que abonar menos por la progresividad del impuesto.

"El resultado final es que el ganadero o agricultor pagará menos y tendrá más tiempo para afrontar esta obligación fiscal", destacó el conselleiro de Medio Rural.

En los últimos años, el relevo generacional y el acceso de los jóvenes a la profesión agraria se ha convertido en una de las prioridades del Ejecutivo gallego con el propósito de afrontar la despoblación del rural, la estructuración del territorio o el paro juvenil. Y es que en la actualidad más del 60% de los agricultores y ganaderos gallegos superan los 60 años y apenas el 5% tiene menos de 40 años.

Resolución judicial

La aprobación de esta medida, que trasladará al Ministerio de Hacienda, facilitaría -según el departamento que dirige José González- que se "rejuvenezca" la actividad agraria y ganadera en Galicia, en lugar de suponer una carga económica para los emprendedores que asientan sus actividades en el rural. La Xunta aprovechará la resolución que da la razón a un agricultor para presionar al Gobierno central sobre esta reforma en el IRPF. Hace unos días, el Tribunal Económico-Administrativo Regional de Galicia dio la razón a un joven ganadero al considerar que la subvención por incorporación al campo debía tratarse como una ayuda de capital, de forma que se pudiese imputar en varios ejercicios y no en uno solo. El cambio de criterio no es menor, ya que los jóvenes que se sumaron a la actividad agraria a partir de 2014 -los ejercicios anteriores se consideran prescritos- podrán recuperar de media entre un 30 y un 40% de lo que pagaron a la Agencia Tributaria en su día, según estimaciones de Unións Agrarias.