De tener una factura fiscal cero tras haber dicho a una herencia que no supere los 400.000 euros, los contribuyentes gallegos pasarán a tener que hacer números para ver si les compensa quedarse con el legado que les dejan sus familiares. El nuevo Gobierno que salga de las elecciones generales del próximo 28 de abril tendrá en su agenda la reforma del impuesto de sucesiones y donaciones. Tanto la propuesta defendida por el PSOE esta legislatura como la planteada por el PP suponen una mayor carga tributaria para los herederos en Galicia, que en línea ascendente y descendente -cónyuges, padres, hijos o abuelos- están exentos de rendir cuentas con la Agencia Tributaria desde la reforma fiscal aprobada por la Xunta en 2016, así como los pactos sucesorios en vida no tributan como ganancia patrimonial a raíz de una sentencia del Tribunal Supremo dictada hace tres años, y por tanto no acarrean desembolso alguno en el IRPF.

Con cualquiera de las modificaciones previstas por ambos partidos, unos 115.000 herederos gallegos cada año -más de 300 al día- dejarán de tener una factura fiscal cero y pasarán a afrontar una carga tributaria por aceptar el legado de su pareja, sus padres o abuelos, según el balance de contribuyentes que se beneficiaron de la rebaja fiscal de la Xunta -más de 98.000 en 2017, los datos de 2018 todavía no están disponibles- y las herencias en vida suscritas en la comunidad tras la sentencia del Supremo que los declara exentos en la renta -casi 16.700 en 2017-.

La propuesta del PSOE ya fue desgranada esta legislatura: establecer un tipo fijo para todas las comunidades para así evitar la actual brecha fiscal entre las distintas autonomías. El modelo defendido por los socialistas pondría así fin a las exenciones fiscales aprobadas en Galicia para las herencias en línea ascendente y descendente -en la actualidad en la comunidad solo se tributa por los legados de hermanos, tíos o primos o fallecidos sin parentenso alguno-. Aunque cada comunidad tenga la capacidad de cambiar los tipos o las deducciones en sucesiones, tendrían que ceñirse al tipo mínimo y máximo que fijase un hipotético Gobierno socialista.

La reforma del PP, tal y como se recoge en la proposición de ley presentada el pasado mes de enero en el Senado y anunciada en las últimas semanas por Pablo Casado, pasa por la eliminación del impuesto de sucesiones y donaciones. Pero tal y como está planteada la derogación del tributo, la herencia pasaría a tributar en el IRPF. En este caso, el contribuyente saldría perdiendo, más en el caso de Galicia que las herencias en vida están exentas.

Economistas y asesores fiscales advierten de que la supresión del impuesto cargando en el IRPF la tributación de las herencias como ganancia patrimonial generará "un problema mayor". "Si lo que se pretende es que no se tribute en sucesiones y donaciones, sería una barbaridad no establecer las mismas exenciones en el IRPF, porque se tributaría a unos tipos mucho más elevados que el impuesto que se quiere suprimir", advierten desde el Colegio de Economistas de Galicia.

Para el exdecano del Colegio de Economistas de Pontevedra, Juan José Santamaría Conde, lo más sencillo sería establecer una exención en el impuesto de sucesiones y donaciones del 100% para descendientes y ascendientes y mantenerlo "más o menos" como está en la actualidad para el resto de sucesiones o donaciones de familiares colaterales. "En cualquier caso -añade- el Estado deberá poner límites a tanta diferencia de tributación como la que existe actualmente entre las distintas comunidades autónomas".

Un ejemplo basta para ver el impacto que supondría eliminar el impuesto de sucesiones pero cargar la tributación en el IRPF. "Tal y como está ahora el IRPF, por un total de 580.000 euros más de renta se pagaría el 45%. Al 45% se tributa por aquellas rentas que superan los 60.000 euros. ¡Una barbaridad!", ejemplifica Santamaría.

Los expertos auguran que de llevarse a cabo la reforma planteada por el PP que abre la puerta a la tributación de las herencias en el IRPF, los pactos sucesorios se dispararían antes de que estas transmisiones tuviesen que ser declaradas como ganancia patrimonial. En Galicia se tramitan de media cada día 45 herencias en vida, lo que supone un 125% más que las 20 registradas antes de que se aprobasen las exenciones fiscales en la comunidad.