Préstamos con los que evitar rendir cuentas al fisco pero que en realidad son una donación. Esta es la sospecha que tienen los inspectores de Facenda ante el repunte durante los últimos años de la compra de viviendas en efectivo. Para tratar de determinar el origen de las entregas de dinero entre particulares, la Atriga intensificará durante este año la vigilancia sobre estas actuaciones y así comprobar que, por ejemplo, la adquisición de un piso se realiza con patrimonio propio o responde realmente a un préstamo. Y es que si se trata de una donación de dinero entre particulares el contribuyente debe rendir cuentas con el fisco, mientras que en el caso de un préstamo está exento de carga tributaria alguna. Para ello, Facenda investigará si las cantidades prestadas, que deben quedar recogidas en un contrato privado y con la voluntad de una devolución, fueron reembolsadas en el plazo acordado.

Las actuaciones de control fiscal de la Xunta durante el año pasado le permitieron aflorar 178 millones en deuda fiscal no declarada, lo que supone un incremento del 24% respecto al ejercicio anterior. Este incremento se debe, según Facenda, a las actuaciones de control iniciadas en los últimos años por los inspectores y que tuvieron su efecto en 2018. Además, la Atriga revisó en 2018 las declaraciones de más de 300.000 contribuyente. El 7%, casi 23.400, fueron corregidas al alza.