Las facilidades que la Xunta dará en el examen al personal laboral para convertirse en funcionario ha generado cierto malestar en parte del funcionariado. Pero estos empleados públicos también tendrán ventajas cuando concurran a los procesos de promoción interna para escalar de categoría y, por lo tanto, mejorar sus retribuciones. Así lo pactó el Gobierno gallego con los sindicatos UGT y Comisiones Obreras el pasado mes de enero en el Acuerdo de Concertación Social. La idea es que tengan más prioridad que la que tenían hasta ahora sobre los opositores que vienen de fuera de la administración en el acceso a ciertas plazas. Y, para ello, a partir de este año se les eximirá -de manera total o parcialmente- de alguna de las pruebas selectivas, se les reducirá el temario que se tienen que preparar y además se les guardarán las notas de procesos selectivos anteriores si son más altas que las obtenidas en la última oposición.

Los empleados públicos de la administración se reparten entre el grupo A, a los que se les exige titulación superior; el grupo B, que deben ser técnicos superiores; el grupo C, para el que se exige Bachillerato o título de ESO; y el grupo E, que son los subalternos. Y a mayor escala, mayor salario.

Pero los funcionarios, a lo largo de su trayectoria laboral, tienen opción de concurrir a procesos de promoción interna para subir de categoría y, por lo tanto, mejorar sus retribuciones.

En las ofertas públicas de empleo la Xunta reserva habitualmente un porcentaje de plazas para los funcionarios que quieran ascender de categoría. Hasta ahora era del 25%, pero en el acuerdo suscrito con Comisiones Obreras y UGT este año eleva este cupo al 40%. Es decir, cuatro de cada diez plazas que se convoquen se reservarán para los funcionarios que ya trabajan en la Administración autonómica.

"La Xunta pactó con los sindicatos otorgar más facilidades a los empleados públicos que participen en un proceso de promoción interna", explican desde Facenda.

Eso no significa que hasta ahora no tuvieran ya ventajas, sino que a partir de este momento serán mayores. Por ejemplo, se les guardará la nota de procesos selectivos anteriores. De esta manera, por ejemplo, si un funcionario concurre a un proceso de promoción interna y saca un 7 pero no consigue la plaza porque ha sido superado por otro candidato, cuando vuelva a presentarse a otra oposición para subir de categoría si saca menos puntuación se le conservará la nota anterior.

Facenda aclara que es "distinto e independiente" un proceso de promoción interna de un funcionario, que permite el progreso profesional a través de un ascenso a una plaza de un grupo superior, que la "funcionarización" del personal laboral.

El proceso para convertir en funcionarios al personal laboral consistirá en un concurso-oposición, en el que el 60% será un examen tipo test para el que se darán facilidades. Así, los aspirantes podrán hacer la prueba con los apuntes -los textos legales sobre los que se le va a preguntar- y además la Xunta publicará previamente la batería de preguntas, entre las que se seleccionarán las cuestiones que caerán en el examen.

"La administración lo que quiere es funcionarizar al cien por cien del personal laboral y por eso quiere facilitarlo", explica Emilio Doforno de Comisiones Obreras, que defiende que los laborales "no compiten con nadie" por el puesto, mientras que, en un proceso de promoción interna sí, porque hay un ascenso a otra categoría.