Por el simple hecho de denunciar la existencia de herencias sin sucesores o sin la existencia de un testamento, se puede llevar un buen pellizco del patrimonio del fallecido. Los particulares que denuncien a la Administración, ya sea a la Xunta o al Ministerio de Hacienda, que tienen conocimiento de una herencia abintestata tienen derecho a recibir el 10% del valor de los bienes del finado.

El procedimiento, todavía desconocido para muchos ciudadanos, ha generado la aparición de los llamados cazadores de herencias, personas que se dedican a presentar denuncias de herencias vacantes para conseguir las bonificaciones que el Estado o las administraciones autononómicas les dan a cambio.

Pero conseguir el botín no resulta tan fácil como a simple vista pueda parecer. No basta con que se comunique el fallecimiento de una persona que no tiene herederos.

El denunciante debe realizar una actividad de colaboración con la administración, haciéndole llegar la documentación pertinente sobre las cuentas y las propiedades del fallecido. Desde las circunstancias en las que tuvo conocimiento del fallecimiento y de la falta de familiares o testamento, así como una relación del patrimonio que deja. Es condición que ese trabajo [por parte del particular] permita a la Admnistración iniciar el procedimiento. Si la denuncia llega a posteriori, con el proceso ya iniciado, no hay derecho a percibir la gratificación.