El BNG se siente en alza tras una travesía por el desierto que lo ha castigado con dureza electoralmente, dejándolo hace cuatro años sin representación en el Congreso por primera vez en dos décadas y como cuarta fuerza en el Parlamento gallego desde 2012. Ante el colapso de En Marea tras su división sobre los presupuestos generales del Gobierno socialista, el Bloque centrará la campaña para las elecciones generales del 28 de abril en su condición de "única voz de Galicia" para captar no solo a los nacionalistas desencantados con la fallida alianza de Anova con la izquierda estatal, sino a cualquier ciudadanos que quiere "políticas de progreso".

El mensaje del BNG se destinará "a personas que incluso apostaron por otras fuerzas, pero que ahora ven al BNG como una fuerza al alza y la única con capacidad para poner a Galicia en el centro del debate político", según expuso ayer la diputada Olalla Rodil.