Pese a que dos tercios del territorio gallego están ocupados por monte, su rentabilidad es limitada rentabilidad: apenas el 2% del PIB, un porcentaje que se queda muy por debajo del 7% que las masas forestales generan en los países nórdicos. Con la mirada puesta en la recuperación y puesta en valor de la tierra agraria, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, anunció ayer que el Gobierno autonómico prepara una normativa que presentará en el Parlamento este semestre para rentabilizar los montes gallegos, con la tala de la madera que produzcan, a modo de plan de pensiones a cobrar cada 20 años. "Hay 80.000 familias que venden madera e ingresan 300 millones de euros cada año", expuso Feijóo durante su intervención en la presentación de un informe elaborado por distintos colegios integrados en el Consello Galego de Enxeñerías, acto organizado en la sede de Afundación en A Coruña.

La iniciativa propuesta por el jefe del Ejecutivo consistiría en ordenar los bosques de la comunidad, los montes vecinales en mano común, plantando madera de calidad y profesionalizando su gestión; se trataría de incluir la parcela, manteniendo la propiedad, en una cooperativa o sociedad de gestión para que se plante y tale de forma adecuada, y que genere ingresos.

Esta fuente de ingresos adicional con cada tala, cada veinte años aproximadamente y en función de la superficie que aporte cada uno, "se puede considerar realmente como un plan de pensiones", destacó Feijóo en la clausura del acto.

Galicia se sitúa entre las diez primeras regiones europeas en materia forestal, pues dos tercios de su territorio están destinados a bosques. Sin embargo, advirtió el jefe del Ejecutivo autonómico, los gallegos tienen "todavía sin explorar ni explotar" esta riqueza, como sí hacen 80.000 familias que venden madera en Galicia todos los años e ingresan unos 300 millones de euros anuales.

Los países nórdicos utilizan los bosques como un seguro de ingresos cada 15 o 20 años, y Feijóo propone que los gallegos hagan lo mismo como si fuera un plan de pensiones. "Los gallegos lo tenemos a nuestra disposición como propietarios de las parcelas de nuestros abuelos o nuestros padres que se están abandonando y espero y deseo que las pongamos a producir", ensalzó. Según el presidente de la Xunta, "si el bosque se cuida ese bosque sigue produciendo de forma indefinida".

Por su parte, los ocho colegios profesionales que se agrupan en el Consello Galego de Enxeñerías coincidieron en señalar a la transformación digital y sus posibilidades como la "gran revolución" que está viviendo Galicia en prácticamente todos los sectores.

El colectivo, al que pertenecen más de 5.000 ingenieros colegiados, presentó un documento con un centenar de medidas para el desarrollo de Galicia ante el principal reto que tiene su sociedad y que es la transformación digital, el cambio "sin precedentes" tanto socioeconómico como sociopolítico a una "velocidad de vértigo y con el papel facilitador de la tecnología". "Apostamos por la Galicia 4.0", expuso el presidente del Consello Galego de Enxeñerías, Oriol Sarmiento, al tiempo que reivindicó el papel de los ingenieros y apostó por retener el talento "y que no se vayan tantos y tan buenos" profesionales.

En el sector forestal, en el que Galicia es pionera, las medidas propuestas se centran en la tecnología y la transformación industrial para ser productivas y proteger el medio.