El alcalde de Santiago, Martiño Noriega, aseguró ayer que Compostela ya es una de las dos Ciudades Patrimonio de la Humanidad españolas que posee videovigilancia y descarta convertir el casco histórico en un Gran Hermano. En contra, la Xunta es partidaria de incrementar el número de cámaras para evitar ataques con pintadas como los dos que ha sufrido la catedral, el último la pasada semana.

En la rueda de prensa posterior a la Asamblea General del Grupo de las Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España, que se celebró en la capital gallega, Noriega destacó que Santiago, con 30 cámaras, es el ayuntamiento más videovigilado de este colectivo de 15 urbes. "Tan solo dos ciudades del grupo, Salamanca y Santiago, tienen un sistema más allá del de tráfico. Eso es representativo de determinadas dinámicas que a veces compras como marco de normalidad y luego cuando socializas con el resto de los ayuntamientos ves que no es lo normal", reprochó el alcalde compostelano. En este sentido, reiteró que Santiago es la ciudad de todo el grupo "con mayor red de videovigilancia", por lo que aseguró que el Gobierno local está "centrado en mejorarla" y no "en abrir nuevos debates de convertir la ciudad en un Gran Hermano".

Todo esto tras la polémica surgida a raíz de las pintadas que sufrió la catedral de Santiago, cuando parte de la oposición en el Concello e incluso la Xunta pidió más videovigilancia para impedir que estos actos vandálicos se repitan.

Sobre el tema, el presidente del Grupo Ciudades Patrimonio, el alcalde de Cuenca, Ángel Mariscal, insistió en que Santiago no es la única ciudad que ha sufrido en el último año ataques a su patrimonio y declaró que la organización pretende combatirlo a través de la educación.

El regidor de Mérida, Antonio Rodríguez, destacó que este tipo de problemas "se resuelven con educación y no con vigilancia", por lo que subrayó el programa de control y el servicio de "reparación del daño" que tiene la capital extremeña.