El devastador incendio que el pasado lunes se originó en la localidad coruñesa de Dodro y se propagó al municipio vecino de Rianxo quedó extinguido ayer tras arrasar 1.162 hectáreas, de las cuales más de un millar se corresponden con monte arbolado. Guardia Civil y Policía Nacional barajan como causa probable una chispa en una línea de alta tensión. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, apeló a la prudencia y pidió esperar a que concluya la investigación. En todo caso, advirtió de que si se confirma que el fuego se originó en el tendido la Xunta reclamará la factura de la extinción a la compañía eléctrica. "El responsable del fuego tiene que pagar, ya sea una empresa o un particular", recalcó.

El jefe del Ejecutivo gallego defendió la eficacia de los servicios de extinción tras la ola de fuegos desatada esta semana en varias localidades de la comunidad autónoma. "Atravesamos días de climatología adversa, con tiempo seco y vientos intensos y lamentablemente hay que gente que lo aprovecha. Hubo una actividad incendiaria evidente", señaló.

Para justificar esta intencionalidad de los fuegos Feijóo aludió a que tuvieron varios focos y hubo "nocturnidad". El 40% de los incendios se originaron de noche, entre las 21.00 y las 09.00 de la mañana.

Y a pesar de ello, Feijóo reivindicó el buen funcionamiento del dispositivo de extinción y le puso cifras: el 60% de los incendios se quedaron en conatos y solo el 4% superó las 25 hectáreas.

Además descartó las acusaciones de "improvisación" vertidas por los agentes forestales y señaló que "nunca" hubo tantos brigadistas trabajando en el mes de marzo. La contratación de personal para la extinción de incendios se amplió este año a ocho meses, de manera que se inició en marzo y se prolongará hasta octubre. "Hay 3.000 efectivos trabajando", señaló Feijóo.

Tras cuatro días con Galicia en vilo por los incendios, la Consellería de Medio Rural informó ayer de que ya no quedaban fuegos activos en la comunidad autónoma de más de 20 hectáreas. A última hora de la noche del miércoles se extinguió el incendio registrado en el concello ourensano de O Barco de Valdeorras, tras arrasar 121 hectáreas. Este fuego se había iniciado con dos focos distintos el pasado martes, lo que, según Medio Rural, demuestra que fue intencionado. Otro incendio, el del municipio coruñés de Toques, se apagó tras calcinar 35 hectáreas de superficie.

Pero el más devastador fue el de Rianxo, que incluso obligó a declarar la alerta por la proximidad de las llamas al núcleo de Meiquiz, en la parroquia rianxeira de Leiro. Este fuego quedó extinguido ayer, después de 50 horas de lucha contra las llamas, aunque todavía quedaban medios "refrescando" la zona.

Fue el primer gran incendio forestal „de más de 500 hectáreas„ en Galicia desde la ola de fuegos de 2017. Las llamas se iniciaron a las 20.09 horas del lunes en la parroquia de San Xoán de Laíño, en Dodro (A Coruña), a causa de una chispa de un cable de alta tensión, según la principal hipótesis que baraja el Gobierno gallego. A partir de ahí su propagación fue muy rápida, hasta alcanzar al municipio vecino de Rianxo debido al fuerte viento del nordeste.