No es mero esnobismo. Ni postureo. Tampoco las noticias en torno a la invasión del mar por el plástico son fake news. El grito de las nuevas generaciones para que paremos la destrucción del planeta es una demanda que cada uno de nosotros debiéramos no solo escuchar sino asumir como propio y comenzar por corregir aquello que no hemos sabido aplicar como lección de vida para nuestros nietos.

En la mar hay consciencia de lo que esto significa y, en el sector pesquero español, barcos de medio centenar de puertos del Mediterráneo, Galicia, Andalucía y Canarias ponen proa a los lugares en los que el plástico se acumula para recoger redes abandonadas, bolsas o botellas de plástico que se acumulan indecentemente en el fondo marino para, con el paso del tiempo, convertirse en veneno para la fauna y la flora y, de paso, para los seres humanos que se alimentan con los peces y mariscos que el mar nos ofrece.

Los barcos de arrastre están realizando una labor encomiable cada vez que calan sus aparejos para extraer esos millones de toneladas de basura plástica que invade los mares en todo el planeta. Es la suya una lucha desigual y lo saben; pero continúan por ver si su ejemplo cunde y nosotros, en tierra, dejamos de realizar vertidos al mar de ese puro veneno que un día sí y otro también, ingerimos en forma de partículas que pasan a nuestro organismo del mismo modo que, previamente, han pasado a las vísceras de aquello que ingerimos como alimento.

Hay que tomar medidas. No son solo los pescadores deben luchar en el medio marino. Nosotros podemos hacer mucho en su titánica labor para recuperar los mares en los que pescaron nuestros abuelos y nuestros padres. Es difícil lograrlo, pero estamos obligados a intentarlo. No tanto por nosotros mismos, sino por entregar a las futuras generaciones un mar en condiciones en un planeta que, forzosamente, tiene que seguir siendo azul para que el ser humano perviva. Y ese ser humano tiene ya una condición previa que ha de tocarnos muy de cerca el corazón: nuestros nietos.

¿Qué les vamos a dejar en herencia si les quitamos el mar y los habitantes de este?