El 2019 ha arrancado con cierta fuerza para las transmisiones de propiedad de fincas rústicas. Esta semana el Instituto Nacional de Estadística (INE) hacía público que en enero y febrero 4.805 fincas rústicas cambiaron de manos, con 2.577 y 2.228 intercambios respectivamente. En el caso de enero, es el mejor dato desde 2015, cuando se firmaron 2.944.

Entre los tipos de intercambio, destacan sobre todo las herencias. Son casi la mitad: 2.261 terrenos cedidos. En segundo lugar, le sigue la compraventa, con 1.418 fincas. Las donaciones apenas fueron 59, mientras que las permutas alcanzaron las 67.

En el cómputo anual, los registros de transmisiones de este tipo de propiedades todavía están muy lejos de igualar los de hace 10 años. Pese a que en el 2018 un total de 24.929 solares pasaron a otro dueño „acentuando la línea ascendente de los últimos cuatro años„, hace una década las operaciones de compraventa afectaron a 42.096. Fue durante el inicio de una crisis galopante que despegó en buena medida por el estallido de la burbuja inmobiliaria. El peor año de la seria histórica fue el 2016, con apenas 20.834 fincas que estrenaron titular.