La DGT se propone frenar las negras estadísticas con las que cerró Galicia el balance de 2018, con más de un centenar de fallecidos en las carreteras de la comunidad „casi un 40% más que el ejercicio anterior„ con más vigilancia sobre las conductas más peligrosas al volante. La velocidad junto al alcohol y drogas son las grandes lacras de las accidentalidad en las carreteras gallegas. En concreto, exceder los límites de velocidad establecidos es el factor concurrente en uno de cada tres siniestros que ocurren en la red viaria gallega. Tráfico reforzará este año los controles en Galicia con más de 3,3 millones de controles velocidad en sucesivas campañas de vigilancia. La Agrupación de la Guardia Civil de Tráfico llevó a cabo la última de ellas a principios de mes „la quinta en el primer trimestre de este año„ en la que controló a unos 145.899 vehículos en la red viaria gallega, lo que supone una media de más de 20.000 inspecciones al día. Este operativo se produce además dos meses después de la entrada en vigor del límite de velocidad genérico de 90 kilómetros por hora en las vías convencionales, donde antes el límite máximo era de 100 km/h.

En una semana los agentes interceptaron a 5.068 conductores que sobrepasaban la velocidad permitida en la vía, un promedio de una treintena de infracciones a la hora, o lo que es lo mismo, una cada dos minutos. La tasa por incumplir los límites establecidos fue del 3,4%. El número de denuncias interpuestas supone un 24% más que las 4.100 con las que saldó la misma campaña realizada el año pasado y una media de casi 590 expedientes sancionadores abiertos por cada jornada de controles.

Casi el 80% de las pruebas se realizaron en A Coruña y Pontevedra. La mayoría de los controles se registraron en la provincia coruñesa con un total de 65.742, el 45% del total mientras que más del 34% „unos 50.226„ se hicieron en las vías pontevedresas. En cuanto a la tasa de denuncias por exceder los límites de velocidad, Pontevedra tuvo el índice más bajo con un 2,8% pese a ser la segunda con más vehículos denunciados con un total de 1.424. El primer puesto lo ocupa A Coruña con 2.047 sanciones, casi la mitad de las de toda Galicia. Pero, al igual que Pontevedra no supera el índice de infracciones de la media autonómica aunque se acerca más con un 3,1%. El mayor porcentaje de infractores se da, sin embargo, con un 5,5% respecto al total de automóviles parados, en la provincia de Ourense, donde la Guardia Civil multó a 469 automovilistas por pisar de más el acelerador. Y eso que las carreteras ourensanas fueron las que menos vigilancia tuvieron al concentrar el 6% de las inspecciones realizadas en toda Galicia, con unos 8.397 controles. En Lugo, la tasa de incumplimientos es la segunda más alta, un 5,25% por 1.128 sanciones de 21.445 pruebas. Resulta llamativo que en las vías lucenses se detectaran solo 300 infractores menos que en Pontevedra, a pesar de contar con la mitad de controles.

Tráfico advierte de que la velocidad excesiva o inadecuada sigue como una de las principales causas de los accidentes de tráfico y en uno de cada tres de los siniestros mortales fue una causa determinante. El incumplimiento de las normas está tipificado como infracción grave o muy grave, sancionadas con multas de 100 a 600 euros y con la pérdida de entre dos y seis puntos en el carné.

La velocidad excesiva o inadecuada es, por tanto, uno de los elementos clave en la incidencia en la siniestralidad vial, la gravedad y el grado de lesión de las víctimas. En uno de cada tres accidentes es una causa clave que aumenta tanto el riesgo de sufrir un percance como la probabilidad de sufrir lesiones o incluso perder la vida. Así lo demuestra el informe Velocidad y riesgo de accidente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El estudio confirma que la posibilidad de fallecimiento de un peatón atropellado se multiplica por cinco cuando la velocidad de impacto pasa de 30 a 50 kilómetros por hora. Además, en vías interurbanas, reducir la velocidad en 5 km/h permite que los accidentes mortales bajen hasta un 30%. El informe también plantea como medida para que disminuyan los accidentes y las víctimas por esta causa, un límite de 70 km/h en las carreteras de separación entre los dos sentidos por el riesgo de choque frontal; y 50 km/h en zonas urbanas con intersecciones y áreas residenciales.