Modificar los criterios de reparto o cambiar la ley de Pesca. Son los únicos caminos viables para salvar la flota de cerco y, de paso, el caladero nacional Cantábrico Noroeste. Porque, a criterio de los propios pescadores gallegos los responsables de la política pesquera, al tiempo que tratan de dividir al sector, buscan la ruina de la flota para, de este modo, lograr su desaparición sin que tal cosa signifique gasto alguno para Bruselas, para Madrid y, en el caso de la comunidad gallega, la Xunta.

Así de rotundos son los cerqueros gallegos, cansados ya de reuniones y planteamientos profesionales que no encuentran eco en los despachos, mientras en otras zonas del Cantábrico algunos barcos ya han agotado su cuota de pesca de caballa (xarda). El tope de esta pesquería fue de 24.600 toneladas, a las que se restaron 6.000 a causa de la sanción por sobrepesca en los años 2009 y 2010.

El caladero nacional Cantábrico Noroeste, alertan todos los indicadores, tiene muy próximo el cierre de la campaña; pero los barcos gallegos apenas han mojado sus aparejos. Y no es, precisamente, porque falte xarda, que la hay en abundancia. Otra incongruencia: recortar excelentes campañas después de haber reducido el tope un 40% en los dos últimos años, con lo que la caballa ha muerto, pero no por pesca. ¿Se puede entender esto como un paso más en ese planteamiento de no retorno para los cerqueros que el propio sector cree adivinar?

La Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de A Coruña presentó alegaciones ante las instancias de Pesca en un intento conjunto con el sector de lograr no solo que no se dé por agotada la pesquería de la caballa „perdida ya para el cerco, como digo„ sino que se amplíe el período de pesca para la flota de la provincia que había consumido ya más del 50% del tope asignado.

Es precisamente en esta provincia donde la solidaridad entre los barcos que integran la flota de Acerga se ha puesto una vez más en evidencia; pero también se constata que esa solidaridad se castiga con menos posibilidades de pesca, lo que va en detrimento de los armadores y tripulantes de barcos que precisan de rectores en Bruselas, Madrid y Santiago de Compostela, que sepan interpretar lo que es la pesca y cuáles son las circunstancias de esta.

El sector considera que hay que dejar vivir a quienes menos han pescado, y no seguir premiando a aquellos que más se han beneficiado de determinadas prebendas políticas que compensan dádivas sustanciales.