La mezcla de administraciones de las que estar pendiente para explotar un negocio a pie de playa es señalado como un quebradero de cabeza por los hosteleros, que confían en que la aplicación en Galicia desde este verano de la normativa de Costas blinde la "seguridad jurídica" de sus inversiones. "A veces se generan muchos problemas. Se habla mucho de la ventanilla única de la administración, pero puedes tener permiso municipal y luego te lo echa atrás Costas por otro lado. Eso es un riesgo para una inversión que es estacional", resumen desde el sector sobre el negocio de los chiringuitos playeros en Galicia, que alberga decenas de ellos.

La primera línea está regulada por la Administración central, a través de Costas, pero es la comunidad la que debe acometer su planificación, dejando los permisos para casa uso en manos de los concellos. La Xunta cuenta con un decreto de 2005 que se limita a definir cada tipo de chiringuito. Los fijos, con un máximo de 150 metros cuadrados y alejados 200 metros entre sí; los desmontables, de hasta 20 y a 100 metros.

Esa norma quedó obsoleta tras las revisión de la Ley de Costas en 2013 y su reglamento de 2014. Pero Galicia no ha podido ceñirse a los dos tipos de playa que ha identificado ahora, pues a nivel autonómico había fijado cuatro categorías mediante su Plan de Ordenación del Litoral, que no servía para adaptar las reglas estatales. Por tanto, las concesiones de los concellos para instalar estos negocios deberán ser revisadas. En algunos casos, los puestos quedarán blindados; en otros,deben reducir su superficie o eliminar algunos.