En el descenso generalizado de sanciones puede influir el mensaje de la Tráfico de que el objetivo en el caso del exceso de velocidad es simplemente crear un efecto disuasorio o intimidatorio para conseguir que los automovilistas pisen el freno y no abusen del acelerador con el único fin de mejorar la seguridad vial y no sumar denuncias y aumentar la recaudación por multas de tráfico. Así lo confirmó hace unas semanas el director general de la DGT, Pere Navarro, en una entrevista a Europa Press al asegurar que un tercio de las cajas en las que se guardan los radares estarían vacías o fuera de servicio.

En esa misma entrevista Navarro también aludió a la polémica con los márgenes de error de los radares y afirmó que "si hay que dar más margen, se da más y no pasa nada, lo que queremos es evitar discusiones evitables".

Tráfico trabaja con dos tipos de márgenes de error: hasta 100 km/h, de 5 km/h y 7 km/h en radares estáticos y móviles respectivamente: y por encima de ese umbral del 5% y el 7%.

Organizaciones como Automovilistas Europeos Asociados han recurrido multas al entender que se pueden dar supuestos en los que conductores sean sancionados sin haber cometido un exceso de velocidad, y han logrado sentencias favorables al recurso, que han permitido que se extendiese su resolución a otros casos similares.