En los últimos diez años, en ocho de ellos la construcción en Galicia destruyó empleo y en los dos únicos en los que aumentó fue en 2015 y 2018. En la última década ha perdido más de la mitad de los puestos de trabajo que tenía al pasar de los 134.200 que había en 2008 a los 67.300 de finales del pasado ejercicio. Sin embargo, en 2018 ha cambiado la tendencia y por primera vez en los tres últimos ejercicios se incrementaron las personas empleadas en la construcción.

El aumento con respecto a 2017 solo fue del 1%, pero marca una tendencia positiva que se une a la buena salud que refleja el resto de variables relacionadas con el sector. Además, los 67.300 empleos de finales del pasado año es una cifra similar a la de 2014.

El sector en Galicia dejó de destruir empleo en 2018 por primera vez en los últimos cuatro años, aunque el porcentaje de ocupados sobre el total nacional disminuye. En el primer trimestre de 2016 llegó a representar el 7,1% y a finales del pasado año la cifra había caído hasta el 5,2%, según los datos del informe Seguimiento e análisis da construcción, publicado por el Instituto Galego de Estatística (IGE).

En los últimos ejercicios, la construcción no ha parado de crecer en la comunidad gallega, aunque a unos niveles muy inferiores a los de antes de la crisis, pero era incapaz de incrementar su volumen de empleados. En 2015 trabajaban en el sector 73.600 personas; en 2016 bajaron a 71.900 y en 2017 cayeron hasta las 66.600. Sin embargo, en 2018 volvieron a crecer hasta las 67.300.

Una vez superada la crisis, el ladrillo volvió a números positivos a partir de 2014 en Galicia. En 2015 creció un 3,5%; en 2016, un 4,2% y en 2017, un 6,7%. La construcción se recuperaba, pero no así el número de personas que trabajaban en ella.

Entre 2000 y 2007, el empleo en la construcción en la comunidad creció a una tasa media del 4%. A partir de 2008 se produjeron abruptos descensos hasta 2014 que llegaron a ser de dos dígitos: -12,9% en 2010; -11,8% en 2011 o -11,5% en 2012. El desplome medio anual entre 2009 y 2013 fue del 10%.

Pese a la mejora de la economía y a que aumentaba el peso del sector en el PIB gallego, la construcción destruyó empleo en la comunidad en 2016 y 2017. En este periodo desaparecieron casi 10.000 puestos de trabajo al caer el número de ocupados hasta los 65.700 con los que se cerró el ejercicio de 2017. Fue la segunda cifra más baja de la última década, solo superada por los 65.300 que había a finales de 2014.

Pero en 2018 se ha producido un cambio de tendencia y el número de trabajadores ha aumentado por primera vez en los últimos tres años. El ladrillo llegó a dar trabajo a 152.000 personas en Galicia en la época de bonanza económica. Era finales de 2007 cuando la burbuja inmobiliaria estaba a punto de estallar. A partir de ese momento, llegó la crisis y se llevó por delante más de la mitad de los empleos.

Durante 2014 y 2015, la construcción volvió a necesitar mano de obra en Galicia y los contratados aumentaron hasta los 75.300. Pero fue un espejismo. A partir de ese momento, el número de ocupados no paró de caer. Tocó suelo a finales de 2017 con 65.700 efectivos. Pero en 2018, se ha roto esta tendencia y el empleo en la construcción ha aumentado tras tres años de caída con lo que ha alcanzado niveles de 2014.

El resto de variables que sirven para medir la salud del sector, y que provocan que el peso en el PIB gallego aumente y con ello se incremente el número de trabajadores, también son positivas: transacciones inmobiliarias, visados, hipotecas, accesibilidad a la vivienda...

Durante el pasado año se realizaron 16.553 compraventas de viviendas en Galicia. Fueron un 13,8% más que en el mismo periodo del año pasado y dos puntos y medio más que la media nacional. Las transacciones inmobiliarias llevan cuatro años de aumento tras cuatro de caída entre 2011 y 2014 y seis trimestres creciendo a doble dígito. El mercado de viviendas nuevas cada vez tiene menos peso en la comunidad. Del 44% que representaba en 2007 ha pasado al 20% de finales de 2018. En cambio, las usadas han aumentado del 51% a casi el 79%. La compraventa de pisos de protección oficial es casi residual: un 0,9% cuando en 2010 llegó a representar el 4%.

Las hipotecas también aumentaron por cuarto año consecutivo, apoyadas por los bajos tipos de interés y la mejora de la economía. En 2018 se firmaron 11.401, un 2,7% más que el año anterior.

Otro factor importante que ayuda a la buena salud de la construcción y a que se vendan más casas es la facilidad que tienen los gallegos para comprar un inmueble. La accesibilidad a la vivienda -el porcentaje del salario que una persona destina a la adquisición de una casa- es la menor desde que existen cifras con un 28,9%.

Y la construcción de viviendas continúa con la recuperación. Durante el pasado ejercicio se dieron 4.867 visados de dirección de obra. Fue un tercio más que un año antes y la cifra más alta desde los 5.196 de 2011.