En octubre se cumplirán diez años del secuestro del atunero Alakrana, tras el que se modificó la normativa española para reforzar la seguridad a bordo con vigilantes privados. Estos efectivos fueron los que frustraron el 21 de abril un intento de asalto al atunero vasco Txori Argi, con tripulación de Cangas y Baiona. Los piratas, que habían secuestrado un pequeño dhow „embarcación tradicional„ yemení dos días antes, usaron el bote para tratar de perpetrar al menos cuatro ataques más, como concretó ayer el departamento comunitario que coordina la Operación Atalanta. Pese a este suceso „los piratas no llegaron a abordar al pesquero„ la misión europea en el llamado Cuerno de África ha resultado efectiva: casi toda la piratería ha cambiado de zona de operaciones, aunque no de latitud. Es el golfo de Guinea, con más de una refriega por semana, el espacio más peligroso para navegar.

Hace una década, según los datos de la Organización Marítima Internacional (OMI, dependiente de la ONU) se habían registrado en la costa este de África 163 intentos de asalto, y otros 59 ataques consumados a bordo de buques; fueron cinco veces los sucesos reportados en las costas de Nigeria, Gabón, Camerún, Costa de Marfil, Ghana o Congo. Es más, la mitad de los actos de piratería denunciados en todo el mundo tenían el Cuerno de África como escenario. No fue hasta dos años más tarde „después del secuestro del pesquero Vega 5, de Pescanova„, y en paralelo al mayor despliegue de la Operación Atalanta, cuando esa costa dejó de ser un campo minado. En 2012 el golfo de Guinea y Liberia reemplazaron a Somalia en número de intentos de asalto y abordajes. Hasta hoy.

"Es una zona peligrosa, hace mucho tiempo que está así. Se evita por esa razón", explican fuentes del sector gallego. El año pasado los piratas batieron su récord de ataques en el oeste del continente africano, con 81 sucesos reportados a la OMI. En más de la mitad sí hubo abordajes y robos a bordo; consumaron el secuestro de 84 personas. Los asaltos se produjeron principalmente en la costa de Nigeria, si bien también extendieron sus redes a las costas de Benín, Camerún, República Democrática del Congo, Ghana, Guinea, Congo, Costa de Marfil y Togo. Así consta en la memoria anual de la ICC International Maritime Bureau, que se refiere a los piratas de Nigeria como asaltantes "bien armados". "La zona sigue siendo peligrosa, tanto dentro como fuera de aguas nacionales. Los barcos están advertidos para estén alerta porque los ataques continúan creciendo de forma sustancial". La actividad pesquera española en el golfo de Guinea se circunscribe a atuneros y palangreros.

Respecto al abordaje frustrado del atunero Txori Argi el almirante de la fragata Navarra, Antonio Martorell, fue expeditivo en su valoración: "Este incidente demuestra claramente que la piratería y los robos en el mar, frente a las costas de Somalia, no se han erradicado" indicó. "La necesidad de una fuerte presencia de medios de seguridad marítima en esta zona de alto riesgo sigue siendo crítica para la disuasión y la prevención de futuros incidentes y ataques", sostuvo a través de su perfil de Twitter.