El uso de alquitranes para impermeabilizar las bateas es una práctica extendida en Galicia cuyos efectos todavía no habían sido estudiados. Pero una investigación desarrollada en la Universidade de Vigo demuestra por primera vez que la exposición continuada a estos compuestos causa alteraciones en el mejillón „Mytilus galloprovincialis„ y que este efecto tóxico es acumulativo y puede ser transmitido a la descendencia.

"La utilización de estos productos implica un peligro potencial a largo plazo porque el mejillón se alimenta del agua que filtra y puede acumularlos, de forma que su poder tóxico se incrementa con el tiempo. Además los compuestos no son eliminados durante el periodo de depuración previo al consumo humano porque son liposolubles", explica Vladimir Dobal Amador, el autor del trabajo.

La Xunta permite la aplicación de resina natural de pino a las bateas para su limpieza, mantenimiento e impermeabilización, pero los bateeiros suelen sustituirla al cabo de dos o tres años por mezclas arbitrarias de alquitranes y diésel quemado o por alquitrán comercial. "La resina es un material inocuo y regulado, pero es cara y solo se usa los primeros años porque después no hay control por parte de la Xunta. Solo lo comprueba al principio, así que después se sustituye por alquitranes y aceites quemados comprados en talleres de automoción. Y además la utilización de estos compuestos tiene lugar en primavera, cuando comienza la reproducción del mejillón", apunta Dobal.

La investigación, que constituye su tesis doctoral y estuvo dirigida por los profesores Fuencisla San Juan y Óscar García Martín, utilizó compuestos facilitados por bateeiros de la Ría de Vigo. Y en el laboratorio sometieron a los mejillones a una exposición constante para determinar los posibles efectos sobre morfología, citología, histología, fisiología, bioquímica y metabolismo del molusco.

"Los mejillones también los recogimos en las bateas y los sometimos a una exposición acelerada a estos productos, que equivaldría a unos 17 años, para conocer los efectos que se podrían expresar en el medio natural", aclara Dobal.

Los resultados obtenidos demuestran que la mezcla de alquitranes origina efectos mutagénicos "claramente superiores" a los del alquitrán comercial y la resina de pino. La exposición a estos compuestos contaminantes induce varias alteraciones en los sistemas respiratorio, digestivo y reproductor del mejillón, que además aumentan con la dosis y el tiempo de exposición, lo que ratificaría su efecto acumulativo tóxico según recoge el estudio.

"Los bateeiros no le conceden importancia a estas prácticas porque solo recurren a los alquitranes una vez al año, pero pueden ser un problema a largo plazo porque queda demostrado que causan daños. Sobre todo, en el aparato reproductor. Pueden originar neoplasias gonadales y, por tanto, la esterilidad. Y esto afectaría a la producción de los polígonos", advierte Dobal.

Solo en las Rías Baixas hay más de 3.300 bateas y el experto aboga por la vigilancia de los trabajos de mantenimiento en aras de la conservación ambiental de los polígonos y del medio en general.