En enero de 2016 la Xunta implantó una bonificación fiscal sobre el Impuestos de Sucesiones y Donaciones de forma que, según el argumento de la Consellería de Facenda, el 99% de los gallegos no tendría que pagar ni un euro por este tributo cuando heredaran de un familiar por vía directa. La lógica dicta que ante esta exención, los ingresos autonómicos por este concepto se tendrían que resentir. Pero la realidad es bien distinta, ya que el comportamiento fiscal es el contrario. La recaudación de 2018 ha sido un 22,6% superior a los ingresos de 2015, último año antes de aplicarse las exenciones.

El pasado año el Impuesto de Sucesiones y Donaciones reportó a las arcas autonómicas 196,5 millones de euros, 36 más que los anotados tres años antes. La Consellería de Facenda no duda en hablar de "excepcionales resultados" por el volumen de ingresos registrado y los atribuye a las acciones de lucha contra el fraude fiscal. "Las actuaciones realizadas en los últimos años, que finalizaron en 2018, han tenido un efecto muy positivo en la recaudación del Impuesto de Sucesiones el pasado año", destaca el departamento que dirige Valeriano Martínez.

La recaudación es la segunda más elevada de los últimos nueve años, pero con una salvedad importante. En 2014 se llegó a los 231,8 millones de euros, pero entonces no había la bonificación fiscal de ahora y además, para ese ejercicio la Xunta puso en marcha un plan especial contra el fraude „más intensivo que las actuaciones ordinarias de control„ que ya no repitió en ejercicios posteriores. Facenda aclaró en su momento que estos controles específicos no se podían aplicar cada año dado que perderían eficacia. Con estos resultados, Galicia es la quinta comunidad autónoma con mayor recaudación por las herencias. La superan Cataluña con 442 millones de euros, Madrid (328), Andalucía (266) y Valencia (250). Y solo en seis se registró un aumento con respecto a los números de 2017: Baleares, Canarias, Cataluña, Navarra, Valencia y Galicia. Facenda indica que con las nuevas rebajas aplicadas desde el pasado mes de enero a las herencias entre hermanos, la comunidad gallega se convertirá en la cuarta autonomía que menos ingresará por este tributo. No obstante, las diferencias con las comunidades que menos recaudan por el Impuestos de Sucesiones es muy notable. Frente a los 196 millones que en 2018 ingresó Galicia, en La Rioja apenas superaron los 15 y en Extremadura se quedaron en los 30. Canarias casi llegó a los 37 millones, Murcia rebasó por poco los 45 y Navarra alcanzó los 56. Por debajo de los 100 millones figuran además Asturias y Castilla-La Mancha.

La Xunta hizo aflorar el pasado año más de 178 millones en deuda fiscal no declarada, lo que supone un incremento del 24% respecto al ejercicio anterior. Este incremento se debe, según la Consellería de Facenda, a las actuaciones de control iniciadas en los últimos años por los inspectores y que tuvieron su efecto en 2018. La Axencia Tributaria de Galicia (Atriga) revisó las declaraciones de los impuestos autonómicos de 315.000 gallegos que tienen que autoliquidar el pago, es decir, calcular ellos mismos el importe de los tributos que deben abonar a la Xunta. El 93% estaban correctas, pero otro 7% de los casos (23.396) fueron corregidas al alza al comprobarse que el importe pagado estaba por debajo del que le correspondía.

De las liquidaciones en las que se detectó deuda no declarada, más de 15.000 se corresponden con el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados y 8.229 con el tributo de Sucesiones y Donaciones. Además, se hicieron 597.060 valoraciones de bienes y se concedieron 2.900 aplazamientos de impuestos, un 7% menos que en el periodo anterior. Una vez revisadas las 315.000 autoliquidaciones de impuestos, en el caso de detectar que no es correcta, la Atriga practica una liquidación para que el contribuyente tribute conforme a la legalidad.