Tras perder una importante cuota de poder urbano en 2015, el PP gallego se fijó entre sus prioridades las elecciones del 26 de mayo. Entonces, la incursión de Ciudadanos como nueva marca no fue suficiente para que el bloque de la derecha pudiera conservar algunas alcaldías, pero el escenario no será más nítido en esta ocasión. El PP puede encontrarse ante la tesitura de tener que pactar con Ciudadanos, y quizá también con Vox, para recuperar algunos de los grandes bastones de mando. De momento, en el partido no hay ninguna hoja de ruta prefijada. Ayer, su viceportavoz parlamentaria, Paula Prado, pidió "esperar" a conocer los resultados de los comicios "para valorar" con qué alternativas cuenta la formación. "Las encuestas son las que salen de las urnas el día 26 de mayo, por tanto esperaremos a que se produzca el resultado para valorar esa situación", razonó.

De igual modo, el candidato a la alcaldía en Santiago, Agustín Hernández, evadió las preguntas sobre una posible entente con los de Abascal. "Salimos a ganar y a gobernar", incidió. Por lo pronto, son conocidas las críticas de Feijóo hacia Vox. "Ya dije cuál es mi opinión y no la voy a cambiar después de las elecciones", dijo la semana pasada, precisando en todo caso que el PP no tiene aún "un pronunciamiento" sobre un potenciales acuerdos con Vox.