A pesar del giro al centro que se ha autoimpuesto el PP tras el histórico batacazo de las pasadas elecciones generales, su líder en Galicia y presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, afiló ayer el discurso contra el PSOE y el Gobierno del socialista Pedro Sánchez, al que acusó de contribuir al declive demográfico de Galicia desde el triunfo de la moción de censura hace diez meses. La falta de soluciones para evitar el cierre de Alcoa, la subida impositiva del diésel, la prioridad de Cataluña como receptora de inversión o el paso al lado de la Abogacía del Estado para no defender en los juzgados la ampliación de la concesión a Ence fueron los argumentos de Feijóo ante las críticas socialistas al balance de su década en el Ejecutivo gallego. "¿Tiene legitimidad para hablar de reequilibrio territorial cuando todos los bosques gallegos están amenazados por esa broma que ustedes quieren capitanear?", cuestionó Feijóo al socialista Xoaquín Fernández Leiceaga.

La Galicia de las dos velocidades centró el cara a cara de ayer en el Parlamento entre ambos dirigentes. Leiceaga alertó del riesgo que pesa sobre gran parte del territorio, esgrimiendo las conclusiones del Instituto de Estudos do Territorio, que ha detectado que 110 de los 313 concellos se quedan atrás en el desarrollo socioeconómico. "Esta Galicia vaciada que está puesta en peligro por sus políticas tiene un futuro complicado", le reprochó el portavoz parlamentario del PSdeG a Feijóo, al que pidió nuevas políticas e inversión pública, especialmente en Lugo y Ourense. Feijóo pellizcó en su respuesta, cargando contra el Gobierno de Pedro Sánchez, triunfador el 28-M, relatando la lista de agravios. En primer lugar situó a Cataluña, donde la inversión estatal crecía casi un 60% en las cuentas de este año que el Ejecutivo no logró aprobar. Galicia perdía, sin embargo, un 19%.

Frente a ello, Feijóo alegó que la Xunta dedica un 30% de su presupuesto a la Galicia interior, que acoge el 24% de la población. Como ejemplo de su apuesta por cohesionar la comunidad, anunció la licitación del desdoblamiento en autovía del corredor Lugo-Sarria en la segunda mitad de este año. El habitual tono fiscalizador de Feijóo contra la oposición en una sesión concebida para controlar a la Xunta fue encajado con retranca por Leiceaga, que azuzó el debate sobre el reemplazo de Pablo Casado por el líder popular gallego como presidente estatal de la organización tras el golpe del 28-A. "Ya empieza a jugar en la política española", ironizó. Esa clave estatal jalona de forma regular los reproches que se juzgan Feijóo y la oposición en sus debates parlamentarios.

En esa línea, Feijóo trató de realzar el perfil centrista que su partido quiere potenciar tras la debacle electoral que muchos achacan a su endurecimiento discursivo como intento de frenar la irrupción de Vox. Para ello Feijóo equiparó a ese partido de extrema derecha con el BNG como "firmes aliados de un Gobierno del PSOE", si bien ha sido el PP el único beneficiado por Vox de momento, pues sus votos le permitieron llegar a la Junta de Andalucía en coalición con Ciudadanos, como le recordó Ana Pontón, líder del BNG, que culpó a Feijóo "del retroceso del gallego" desde su llegada a la Xunta en 2009 y pidió la derogación del decreto del plurilingüismo.

"Coinciden mucho con Vox. Además de tener los mismos votos en Galicia, tienen mucho en común. Ustedes y Vox se pasan todo el día criticando al PP de Galicia. No quieren unos la nación española y no quieren otros la autonomía de Galicia. Unos dicen que España nos roba y otros dicen que las autonomías les roban", cargó Feijóo, que acusó a ambos partidos de querer "imponer el monolingüismo": el gallego, en un caso, y el castellano, en otro.

Además, Feijóo añadió una crítica a la alianza del BNG en las europeas del día 26 con Bildu y ERC. "Si alguna vez tuviese que compartir una papeleta con ellos, no daría lecciones de moderación a nadie", dijo. "No hay nada más antigallego que pedir el voto en nombre de Galicia para Bildu y ERC", añadió.

Por su parte, el portavoz de En Marea, Luís Villares, criticó la política de empleo de la Xunta, a la que afeó dejar sin ejecutar 120 millones en políticas de lucha contra el paro. Añadió que el empleo en la comunidad presenta una "gran debilidad y dependencia de la estacionalidad". Feijóo se defendió asegurando que Galicia está en los primeros puestos de ejecución presupuestaria autonómica en este terreno, motivo por el que recibió un 8% más de fondos estatales.