La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha actualizado su panel „incorporando dos nuevos indicadores„ sobre la calidad de vida de los ciudadanos que viven en los países que conforman este organismo internacional. El análisis no presenta un índice general para determinar la posición concreta que ocupa un determinado territorio con respecto a los demás, sino que evalúa once parámetros de forma independiente. En todo caso, la conclusión que se extrae es que la OCDE aprueba a Galicia en bienestar (seguridad y salud) y calidad del aire (bajos niveles de contaminación), pero la suspende en creación de empleo, reducidos ingresos por hogar y escaso compromiso cívico, entendiendo como tal la participación ciudadana en los procesos electorales.

El informe, cuya elaboración concluyó en noviembre del pasado año, abarca la situación de 402 regiones de 34 Estados miembros y su objeto es presentar una serie de datos comparables entre sí para que sirva de referencia en la toma de decisiones políticas por parte de las administraciones. El análisis otorga a cada región una puntuación entre 0 y 10 sobre 11 categorías que considera básicas para determinar el nivel de bienestar: educación, oportunidades de empleo, ingresos, acceso a internet en banda ancha, salud, seguridad, compromiso social, contaminación, satisfacción personal, vivienda y redes de apoyo social.

La puntuación más baja obtenida por Galicia (3,1) es la relativa al indicador de ingresos per cápita anuales, que la OCDE cifra en 2016 en 14.885 dólares (13.250 euros). Lo que sitúa a la comunidad gallega entre las 50 con rentas más bajas de los países que integran este organismo. Dentro de España, ocupa el puesto undécimo.

En creación de empleo Galicia también recibe un suspenso, pues solo saca un 3,5 de puntuación debido a las tasas de paro. La misma calificación obtiene en lo que la OCDE considera el compromiso cívico, que es el acudir a las urnas a votar cuando tocan elecciones.

En lo que sí destaca Galicia es en varios indicadores relacionados con el bienestar. Así, el informe le asigna un 10 en seguridad, concepto que mide el número de homicidios por cada 100.000 habitantes. Esta cifra la hace liderar la clasificación de la OCDE.

En cuando a la salud, la calificación es de 9. Este indicador no evalúa la calidad de los servicios sanitarios, ni la investigación en la materia o las listas de espera, sino tan solo la esperanza de vida y las tasas de mortalidad.

También saca buena nota en el comportamiento conocido como red de apoyo social, que muestra el grado de ayuda que una persona puede recibir de su entorno (familiares, vecinos y amigos) en caso de tener que afrontar un problema. Tiene un 8,2. Esta nota le hace figurar también en los puestos de cabeza de entre los 34 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

En cuanto a la contaminación atmosférica, la OCDE puntúa a la comunidad gallega con un 8, dado los bajos niveles de polución ambiental. En este aspecto, Galicia es además la autonomía española con los mejores parámetros.

De los 11 indicadores evaluados, la comunidad suspende en cinco y figura por encima de la media en seis. Entre estos últimos también está la vivienda „que mide el número de habitaciones por persona„ y el acceso a internet de banda ancha. Pero pincha, por ejemplo, con un 4,2, en educación, donde lo que cuenta es la proporción de trabajadores que al menos han superado la Secundaria. Y también los gallegos se dan un suspenso en la percepción que tienen sobre el grado de satisfacción personal y de bienestar (4,4).

En el conjunto de las comunidades autónomas, Galicia figura en la parte baja de la tabla en casi todos los indicadores, salvo en los de seguridad, acceso a la vivienda y calidad del aire. En el resto, si destaca es por estar siempre por debajo de la media, según el informe elaborado por la OCDE.