Galicia es una de las comunidades afectadas por el impacto del calentamiento global y esta problemática se manifiesta en la pérdida cada año de 14,5 toneladas de suelo por hectárea. Contabiliza un total de 41.695.509 toneladas de pérdidas en una superficie erosionable de 2.880.817 héctareas, según refleja la última actualización del Inventario Nacional de Erosión de Suelos (INES).

La temperatura en las ciudades españolas ha subido el doble que la media mundial en los últimos 50 años, hasta alcanzar un incremento de 1,6 grados. La emisión de gases como el dióxido de carbono ha provocado efectos devastadores para el ecosistema, y en la actualidad, dos tercios del territorio nacional corren riesgo de convertirse en desierto.

La comunidad gallega es una de las que más erosión anual sufren en el conjunto del territorio español. Un estudio del INES muestra que Cataluña y Andalucía están a la cabeza en cuanto a pérdida media anual, con 23,67 y 23,17 toneladas por hectárea, seguidas de Cantabria (21,23), Murcia y Asturias, con 17,6 y 17,5 respectivamente y la Comunidad Valencia, con 16,8. Navarra (16,1), Galicia y La Rioja (12,8) completan la lista.

El Inventario Nacional de Erosión de Suelos indica además el índice de gravedad del desgaste en las diferentes zonas de España. Andalucía „con un 39,4% de superficie con un nivel de erosión muy grave y un 12,3% grave„ y La Rioja, que tiene un 35,3% muy grave y el 21,3% grave, son las comunidades con las peores estadísticas del conjunto estatal. Siguen en la clasificación Navarra „32,4% muy grave y 11,7% grave„, Comunidad Valenciana „30,2% y 6,8%„ y Murcia „30,0% muy grave y 16,3% grave„. Galicia, la decimotercera comunidad en esta lista, tiene un nivel de erosión muy grave del 11,7% y 9,4% grave, por lo que se trata de una de las zonas con menor índice de erosión según su gravedad.

Estos datos se traducen en una modificación del terreno que conlleva una transformación en desierto de grandes áreas del territorio. Según el Plan Nacional de Acción del Gobierno de España, la erosión se come cada año 543 millones de toneladas de terreno, un síntoma claro de la desertificación. Este programa busca luchar contra este problema, que ya se ha convertido en una de las principales amenazas del cambio climático en España. El Ministerio de Medio Ambiente alerta de que si no se llevan a cabo decisiones efectivas, el 80% de la superficie nacional se convertirá en suelo desértico a finales de siglo. Evitar el cambio climático ya no es posible, por lo que en estos momentos las medidas están dirigidas a cómo adaptarse a la situación para intentar que la gravedad sea menor.

Especies en peligro de extinción

El organismo de la ONU para la evaluación de la biodiversidad (IPBES) avisó la pasada semana de que hasta un millón de especies están en peligro de extinción en las próximas décadas por las acciones humanas, lo que provocaría la destrucción de hábitats.

En el informe del ente de la Organización de las Naciones Unidas se hace un llamamiento a la toma de medidas urgentes para proteger los bosques y océanos del mundo. También busca que se haga un cambio radical en la agricultura y las actividades de producción, así como en el consumo de alimentos. España, además, cuenta con otros factores de riesgo que se intensifican año tras año. Las inundaciones por precipitaciones torrenciales son el desastre natural más mortífero, según las estadísticas del Ministerio del Interior. El Gobierno destaca el aumento de riesgo por la erosión del suelo, que se intensifica de forma rápida y provoca el desplazamiento de la capa superior del suelo por la acción del agua o del viento.