La gráfica del número de empleados públicos en Galicia tiene dos momentos en los que tocó suelo y después repuntó. El primero fue a mediados de 2013 cuando los gallegos que trabajaban en las distintas administraciones cayeron hasta los 172.900. El techo lo habían tocado, casi un año antes, en marzo de 2012 con 204.900.

Y el segundo, más cercano en el tiempo, en marzo de 2017, cuando se contabilizaron 173.900. Desde esta fecha, las plantillas crecieron un 6,6% hasta los 185.400 trabajadores del tercer trimestre de 2017. Sin embargo, este incremento se ha ralentizado desde entonces. La creación de empleo en el último año y medio se ha estancado y solo ha crecido en 1.200 empleados. O lo que es lo mismo, solo un 0,6% más, según los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA).

Subida

Pese a todo, la comunidad gallega cerró 2018 con el segundo mayor número de empleados públicos en seis años y, además, por tercer ejercicio consecutivo, los distintos organismos públicos (Xunta, Estado, ayuntamientos, diputaciones y universidades) que operan en Galicia aumentaron sus plantilla el año pasado.

El empleo público crece, pero no lo hace con la vigorosidad que lo hacía hace unos años. Y además, la calidad de ese empleo no es la ideal: bajan los trabajadores con contratos fijos y aumentan los temporales.

Después del recorte que padecieron las plantillas del sector público gallego en el arranque de 2012 y que se alargó hasta mediados de 2013 (32.000 trabajadores menos en 18 meses, el 15,6% del total), el número de empleados se ha recuperado en los últimos seis años, aunque en el último ejercicio y medio se ha estancado.

La cifra más alta de efectivos de las distintas administraciones en Galicia se alcanzó a principios de 2012 con 204.900 personas. Un 7,4% menos que los actuales. Y tocó suelo a mediados de 2013 cuando se contabilizaron 172.900 (16.700 menos que ahora o el 9,6% menos).

Desde principios de 2017 se produjo un incremento sostenible de efectivos hasta los 188.700 de finales de ese año. Sin embargo, desde entonces las plantillas se han estancado en torno a los 188.000-190.000 trabajadores de los últimos seis trimestres, con la excepción de los 194.700 de mediados del pasado ejercicio.

Pese a todo, los 190.400 empleados que había a finales del año pasado -han bajado hasta los 189.600 en el primer trimestre de 2019- es la segunda mejor cifra de los últimos seis años. La primera son los 194.700 que se contabilizaron a finales de junio de 2018.

Las plantillas se estancan y la calidad del empleo se resiente: aumentan los trabajadores con contrato temporal y caen los que lo tienen fijo. Entre junio de 2018 y marzo de 2019 el número de contratos fijos en las administraciones públicas gallegas ha caído en 4.800 efectivos: de 147.700 a 142.900. Esta última cifra es la más baja desde mediados de 2016.

Por el contrario, aumentan los trabajadores públicos que tienen contratos temporales: de los 45.200 que había en septiembre de 2018 a los 46.700 del pasado mes de marzo. Es la cifra más alta desde septiembre de 2011, excepto los 46.900 que había en diciembre de 2017 y junio de 2018.

Contrato indefinido

El mayor porcentaje de empleados públicos gallegos con contrato indefinido se dio a mediados de 2013 cuando alcanzó el 83,3% de todas las plantillas. Es decir, solo un 16,7% de los trabajadores eran temporales. Por el contrario, el menor porcentaje de fijos se cuantificó a finales de 2008 con el 69,7%. Es decir, casi un tercio de los empleados eran eventuales.

Salvo algunas excepciones a comienzos de siglo, la mayor parte de los trabajadores públicos de las administraciones en Galicia son mujeres.

En 2018, casi seis de cada diez son del sexo femenino. Las 111.600 mujeres que trabajaban a finales del pasado año es la cifra más alta desde 2011. Y la diferencia con los hombres (32.800) es la más alta desde que existen datos (2002).

Por el contrario, la menor se contabilizó a principios de 2013 cuando la desigualdad entre mujeres y hombres se redujo a 12.100. Desde entonces, casi se ha triplicado.