Desde la Guardia Civil de Tráfico reconocen que la aparición de grupos de WhatsApp o de aplicaciones y redes sociales que directamente avisan casi en tiempo real de la ubicación de los controles policiales o de tráfico obligaron a cambiar el modus operandi a la hora de realizar estos dispositivos preventivos de vigilancia.

Controles más dinámicos y con una mayor movilidad son parte de la solución ante estas nuevas aplicaciones. En cualquier caso, no es la primera vez que se abre el debate sobre la conveniencia de legislar acerca de estas aplicaciones que alertan a los conductores de la presencia policial.Y es que no solo pueden evitar una multa de tráfico por un comportamiento incorrecto en carretera, que también, sino que de esa misma información no solo se pueden aprovechar malos conductores sino también delincuentes organizados o incluso terroristas. Controles rutinarios de tráfico ya han permitido detener a delincuentes que huían, por ejemplo, tras cometer varios robos en Santiago o a dos individuos que iban a colocar un artefacto explosivo en Pontevedra. Además, nadie tiene una razón objetiva para temer o esquivar un control policial si circula cumpliendo las normas y no está escondiendo ningún delito.

En muchas ocasiones, estos agentes han comprobado que detrás de una delincuencia viaria continuada hay situaciones de emergencia social que demuestran que el incumplimiento de las normas al volante es tan solo la punta del iceberg de un problema de carácter social que puede afectar a una familia o a una persona determinada. Es por ello que en estos casos no dudan en ponerse en contacto con los servicios sociales de los diferentes concellos para tratar de atajar el problema de raíz y que convierte a estas personas en bombas de relojería circulando por las carreteras.

Explican que algunas de estas personas son "gente fuera del sistema" a los que les cuesta mucho incluso entender su mala conducta: "En muchas ocasiones nos ponemos a hablar con ellos, a explicarles las consecuencias que esto tiene para ellos y para el resto de usuarios de la vía, pero resulta que cuando acabas de parar a alguien por circular otra vez sin carné, la pregunta que te hacen es si al menos le dejamos llevarse el coche para casa", concluyen.