Al igual que en el caso de la leche, el Ministerio de Agricultura, antes de las generales de marzo, ultimaba la norma de calidad de la miel, que obligará a identificar los países de origen del producto, haciendo caso a una reivindicación planteada por los apicultores.

Las cooperativas agroalimentarias de España, entidades beligerantes en pedir la exhaustiva identificación del producto, señalan que la propuesta es un paso adelante y responde a la petición del sector de poner en marcha un etiquetado claro y útil para los consumidores. La norma de calidad que estrenará la miel española, y entre ella la gallega, pondrá en el etiquetado la relación de países de origen en sentido descendente, así como el porcentaje de miel que aporta cada uno. De este modo se pretende evitar que legalmente terceros estados se aprovechen de la buena fama de la miel española, que se produce bajo los escrupulosos preceptos de calidad que establece el modelo europeo.

Para las cooperativas, "la nueva propuesta de normativa coloca a España en la vanguardia europea y mundial en el etiquetado de origen de la miel, ya que aunque otros países europeos han desarrollado normativas ninguno lo ha hecho de forma tan clara y útil para los consumidores".

España es el principal productor de miel de la Unión Europea, con unos 30.000 apicultores profesionales y casi tres millones de colmenas. De ellos, casi 4.000 explotaciones apícolas „un 13%„ están en Galicia, donde el número de colmenas son más de 157.000. Esa es una de las razones por las que el sector siempre ha estimado necesario posicionar al país como líder de transparencia en la información a los ciudadanos sobre el origen de la miel. La miel que llega de China en altas cantidades, pero sin la misma calidad que la española, es el gran caballo de batalla para la apicultura gallega y del resto de España, que sufren desde hace años una competencia desleal, que además también atenta contra los intereses del consumidor.

Producir un kilo de miel en Europa con la calidad, seguridad alimentaria y sanidad que exige la normativa comunitaria tiene un coste entre los 2,29 y 6,5 euros por kilo. El kilo de miel China ronda el euro y medio. Desde 2007 las importaciones de China se multiplicaron por cinco. Las organizaciones agrarias llevan años denunciando la falta de transparencia porque la directiva de la miel en España permite a los operadores de etiquetar mieles de fuera de la Unión Europea como "mezcla de mieles UE-no UE".