Las elecciones locales celebradas este domingo han abierto un escenario que permite a los socialistas recuperar el poder local, para lo que, en todo caso, deberá buscar apoyos, al menos de investidura, en todos los ayuntamientos, salvo en Vigo, en donde Abel Caballero tiene una de las mayorías más holgadas de toda la historia de España.

Con el nuevo panorama, y como avanzó en campaña electoral, el BNG se ratifica en que facilitará las alcaldías para gobiernos de izquierdas y, singularmente en este caso, para el PSdeG, aunque no es decisivo en algunas urbes como A Coruña, Santiago y Ourense.

En la capital gallega y A Coruña, si bien el BNG comprometió también facilitar los gobiernos del PSdeG, con Xosé Sánchez Bugallo e Inés Rey, respectivamente, a la cabeza, la formación nacionalista no es decisiva. En ambos casos también depende de la actuación y negociaciones con las mareas locales: Compostela Aberta y Marea Atlántica.

En el caso de la ciudad de As Burgas, aunque los socialistas fueron la fuerza más votada, la aritmética ofrece posibles combinaciones para el acceso al bastón de mando, por lo que habrá que esperar a las negociaciones entre los grupos.