El presidente de la Xunta y líder del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, elude entrar en una confrontación abierta con el presidente del partido, Pablo Casado, pero mantiene, en contra de las tesis del líder nacional que niega un giro al centro de la formación, que es "evidente" que hubo una "reacción" de los populares tras la debacle de las elecciones generales. Y además advierte de que hay que seguir por ese camino: "ensanchar el partido para recuperar los diez millones de votantes de la casa común del centro derecha". "No sé si se le puede llamar giro, pero si hubo una reacción y la prueba es que en tres semanas el PP mejoró en seis puntos su resultado electoral", insistió Feijóo.

Tras una tensa comida el pasado lunes en Madrid, en la que Feijóo, junto a otro barones territoriales, insistieron ante Casado que fue el giro al centro lo que les permitió recuperar votos en las elecciones municipales, el presidente de la Xunta subrayó que es necesario insistir en ese camino porque es "el correcto" y es "la dirección apropiada". Porque admite que, aunque el PP mejoró su resultado respecto a las generales, el "objetivo es ganar". En Galicia hay elecciones autonómicas el próximo año. El problema es que algunos barones territoriales, entre ellos Feijóo, creen que el posible nombramiento de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz del Congreso y de Ignacio Cosidó para el Senado va en la línea contraria a esa moderación que reclaman y que creen que permitió la remontada del PP tras la debacle del 28-A.

Preguntado Feijóo sobre su opinión respecto a la posible elección de Álvarez de Toledo, el titular de la Xunta se limitó a decir que el nombramiento del portavoz del Congreso es "una responsabilidad indelegable" del presidente del partido. "Vamos a respetar su competencia. Él sabrá cuál es la propuesta adecuada", señaló eludiendo posicionarse al respecto. De ahí, que por segunda vez, fuera preguntado, tras el Consello de la Xunta, sobre su opinión respecto a Álvarez de Toledo. Y se limitó a decir:"esta diputada es desde el punto de vista de formación e ideología muy profunda".

Y al mismo tiempo que insistía en la necesidad de "ensanchar" las bases electorales para recuperar los 10 millones de votantes de "la casa común del centro derecha", el líder del PP gallego marcó distancias con Vox. "A mí no me gusta ese partido y a los gallegos tampoco". E insistió en que el PP "no es Vox, ni lo ha sido ni lo será". Sobre posibles pactos con esta formación en ayuntamientos y comunidades, Feijóo remarcó que el acuerdo alcanzado en Andalucía entre PP, Ciudadanos y Vox para facilitar la investidura de Moreno sin que los últimos entrasen en el gobierno debe ser el modelo a seguir por los populares a la hora de afrontar los pactos postelectorales en aquellas instituciones donde precisen de los apoyos del partido de Abascal.