Se busca camarero o Se busca cocinero son dos de los anuncios más frecuentes que se pueden encontrar estos días en portales de empleo para cubrir las vacantes en negocios de hostelería de la comunidad que atiendan a los turistas que visitan Galicia en verano. Según un informe de Randstad, el turismo se posiciona, una vez más, como el principal motor de contratación durante el periodo estival. Este año todas las comunidades registran un aumento de la contratación respecto al verano de 2018 y Galicia es la tercera autonomía que más crece con un aumento del 8%. Los perfiles más demandados son principalmente de apoyo en hoteles y restauración, como camareros, camareras de piso, cocineros o personal de recepción. Pero las jornadas maratonianas o las temporadas sin librar resultan cada vez menos atractivas para los que buscan empleo y el sector se encuentra esta temporada con dificultades para encontrar personal de cara al verano.

El responsable de los hosteleros de Pontevedra y secretario del Cluster de Turismo de Galicia, César Ballesteros, alerta de que la situación es generalizada en toda la comunidad y no solo en las zonas más turísticas de las Rías Baixas como Sanxenxo. Y más complicado aún lo tienen „asegura„ cuando se buscan profesionales cualificados porque, en su opinión, "muchos se van a otros destinos como Canarias donde se les ofrece un salario bastante más elevado". "Aunque las condiciones en cuanto a horarios son peores porque trabajan muchas horas extra sin apenas descansos lo asumen como los que hacen una campaña en el mar para ahorrar", explica.

Debido a que la oferta es muy elevada, ni siquiera se consigue cubrir las vacantes con los estudiantes de las escuelas de hostelería y la mayoría ya son captados por las grandes cadenas hoteleras en sus convocatorias de prácticas. Los trabajadores con formación tienen empleo garantizado e incluso pueden seleccionar la empresa a la que irán.

Ballesteros apunta a un cambio de mentalidad en los últimos años que ha provocado cierto "rechazo" a estos puestos de trabajo porque las condiciones "no son atractivas" para quienes buscan una ocupación a largo plazo. Pero recuerda que en veranos anteriores los jóvenes veían una oportunidad en este nicho de mercado "para ahorrar y sacarse unos ingresos extra trabajando unos meses, comprarse un coche...". "Ahora no somos capaces de atraer gente joven ni personal formado para trabajar en la hostelería", lamenta.

Desde el sector advierten de que la situación afecta sobre todo a las ciudades porque en las zonas del interior y concellos más pequeños no se necesita tanta plantilla y se suele captar a vecinos que residen en la zona. Además de en ciudades como A Coruña o Vigo, los casos más complicados se dan en destinos como O Grove o Sanxenxo porque en verano su población se multiplica con los turistas y los empleados que, o bien tienen que alquilar un alojamiento o desplazarse cada día desde su lugar de residencia, normalmente Vigo y su área metropolitana. Y algo similar ocurre en otras zonas de A Costa da Morte como Boiro, Ribeira, Rianxo o Porto do Son. La mayoría de los empleados que trabajan en restaurantes, chiringuitos, cámpings, hoteles o pensiones en estas localidades se enfrentan a un coste extra de desplazamiento ya sea en su propio vehículo gastando en combustible o en transporte público si tienen buena combinación. El precio se dispararía aún más si hubiese que costearse un alojamiento en el lugar de trabajo porque al ser zonas turísticas, suelen tener tarifas muy elevadas en esta época del año. De ahí, como explica Ballesteros, que en estos concellos costeros y que viven en exclusiva del turismo de sol y playa sea casi "misión imposible" cubrir las vacantes en hostelería para los próximos meses. "No les compensa económicamente", aclara.

Tan alarmante es la falta de mano de obra en el sector que en la última Semana Santa,„época e la que suelen abrir más de la mitad de los negocios que solo funcionan en verano„ pese a que en algunos hoteles sí que ofrecieron alojamiento no pudieron ofrecer servicio de comidas al ser incapaces de reunir un equipo mínimo para el restaurante. Y temen que en pleno verano éste no sea el único caso con dificultades para abrir por falta de personal.

Este desequilibrio entre la oferta y la demanda no permite a los empresarios turísticos ser selectivos porque prácticamente se ven obligados a contratar a todos los interesados en el puesto "cumplan o no los requisitos deseados", lo que "degrada" la profesionalidad y también la rentabilidad de las empresas del sector. Las condiciones no ayudan, por tanto, a ofrecer un plus de calidad en el servicio, precisamente el signo distintivo que destaca el sector y la administración al vender el destino Galicia para captar turistas. Si ya hace dos años que los hosteleros empezaron a notar esta escasez ha sido sobre todo en este ejercicio cuando más lo han percibido y más complicaciones se están encontrando.