La dirección de En Marea anunció ayer por sorpresa la elección de Mariló Candedo, profesora universitaria en A Coruña, como futura senadora por designación autonómica, nombramiento que le corresponde a la fuerza líder de la oposición. Podemos y Anova exigen que se decida por consenso, negociación que limitan al grupo parlamentario, donde los críticos son mayoría.

El choque de argumentos es igual al producido antes de la campaña de las municipales, cuando Podemos trató de desbancar a Luís Villares de la portavocía en la Cámara, alegando que En Marea es una suma de partidos y que el portavoz parlamentario no puede ser el líder de uno de ellos. Villares alegó que solo aceptaría órdenes del Consello das Mareas, el órgano de dirección de En Marea-partido, que controla, aludiendo a los estatutos de la organización. Podemos vinculó la decisión a una votación de los 14 diputados, posición que comparten Anova y EU.

El Consello das Mareas movió aye ficha en una reunión que no había sido anunciada y señaló a Candedo como su elección para el Senado, designación prevista para el próximo pleno parlamentario. Destacó que esta profesora de Pedagogía Social en la UDC fue la persona "con mayor respaldo" en las pasadas primarias para las generales del 28-A. Sus socios aún en O Hórreo, rechazan ese movimiento "unilateral". Podemos exige que la elección se realice "por consenso", "sin imponer" a nadie y dentro del grupo parlamentario, según fuentes de la dirección gallega. De hecho, su baza era la exdiputada en el Congreso Ángela Rodríguez. Anova también ciñe a la negociación de los diputados la apuesta para el Senado y había sondeado nombres como José Manuel Sande, de Marea Atlántica. Las fuentes consultadas coinciden en que no existe una regulación específica sobre el método para que un grupo parlamentario designe a su elegido para el Senado. En todo caso, Villares podría registrarlo al ser el portavoz.

La unidad del grupo En Marea es clave para mantener su derecho a ese cargo. Galicia envía tres personas al Senado por designación autonómica: dos le corresponden al PP y uno a En Marea como líder de la oposición. Una escisión hacia el grupo mixto le impediría gozar de ese derecho y beneficiaría a los socialistas.

En Marea también tomó ayer otras decisiones para su futuro. El Consello das Mareas tachó de "decepcionantes" sus resultados electorales tras una campaña en la que gastó, según fuentes consultadas, 400.000 euros. Las ayudas públicas proporcionales a los apoyos serán ínfimas, por lo que el partido sufre una crisis. Ante esa situación, que amenaza con derivar en un ERE sobre su plantilla, En Marea cobrará a partir de julio cuotas mensuales obligatorias a sus inscritos. Quien no las pague, será considerado "simpatizante".

A nivel político, marcó fechas para "asumir responsabilidades políticas" del desplome en las urnas. En julio se celebrará un plenario que convocará primarias para elegir una nueva dirección, votación fijada para agosto.Se trata de un previsible paso en la reconstrucción del espacio de confluencia con En Marea al margen de Podemos, EU y Anova. Esta última definirá su estrategia en su Asemblea Nacional tras el verano. Su portavoz, Antón Sánchez, apostó ayer por la "autocrítica calmada" y culpó de la derrota de las mareas a los "debates estériles" y el "retroceso en la apuesta por la unidad popular", pero también al "asedio" a los "gobiernos decentes".