Los líderes de Resistencia Galega, Antón García Matos, Toninho y Asunción Losada, que figuraban desde hace 13 años entre los terroristas más buscados de Interpol, llevaban una existencia ecológica y ligada al campo en la antigua comuna hippie de Bastos, en la localidad pontevedresa de Fornelos de Montes, como adelantó ayer en exclusiva este diario. Pero pese a su que su vivienda estaba muy aislada ellos no lo estaban tanto. Su vida, aunque atípica, era normal: bajaban prácticamente a diario a Fornelos para realizar compras; viajaban con regularidad a las localidades de Vigo y Redondela en autobús para ausentarse varios días e invitaban a cenar en su casa a algunos okupas del lugar de A Fraga, donde ellos mismos se instalaron al llegar a Fornelos.

"Yo iba a cenar y nunca desconfié de nada. Hablábamos pero todo normal", asegura uno de los habitantes de A Fraga a quien quiera escucharle. Y es que la detención de la pareja por un delito de terrorismo ha causado sorpresa entre los lugareños. "Esto es un sitio pequeño, todo el pueblo los conocía", explican algunos. Donde menos tiempo pasaban es en el bar de la plaza de Fornelos, no eran clientes pero muchos de los presentes ayer los conocían.

Los dos líderes de Resistencia Galega preferían la taberna-supermercado de Verducido. Muy extrañado por los arrestos, José Luis relata que compartía allí la prensa del domingo con Toninho. "Venían los dos a buscar el butano. Él se sentaba en la mesa y leía en silencio; a veces comentaba alguna noticia", relata. También aprovechaban la visita para abastecerse de cebollas, frutas o patatas.

José Luis, uno de los vecinos de más edad de la zona, recuerda a los primeros hippies que se asentaron en Bastos, y a los okupas que después se instalaron en las tres casas de la aldea abandonada: "Hemos tenido gente muy buena y otra que salió torcida. Aquí llevábamos la estafeta de Correos y por eso los conocía a todos".

Toninho y Asunción llegaron hace unos cuatro años a Fornelos de Montes, mientras las fuerzas de seguridad les buscaban por Portugal y Venezuela. Inicialmente se instalaron en las casas okupas de A Fraga, recuerdan los vecinos, pero no se llevaban demasiado bien con otro de los residentes y la muerte de un cerdo a golpes „ellos que son vegetarianos„ fue algo que no pudieron soportar. "Se fueron de A Fraga por eso", reiteran en su entorno.

Pero en A Fraga, un núcleo de casas abandonadas por encima de Baños y a escasa distancia, dejaron amigos, a los que invitaban a cenar en su casa de la antigua aldea hippie. Sus detenciones causaron allí asombro.

También hay gran expectación ante el posible traslado de Toninho y Asunción desde la prisión de Madrid donde fueron ingresado sde forma provisional a la comuna hippie de Baños para el registro del lugar.

Mientras se resuelven los aspectos jurídicos, la Guardia Civil custodia la aldea abandonada de la que los dos líderes de Resistencia Galega eran los únicos habitantes hasta su detención.

El Ministerio de Interior atribuye a Resistencia Galega unos 60 atentados terroristas, la mayoría de baja intensidad, en los que afortunadamente no se registraron víctimas mortales.

Los investigadores sospechan que era Toninho el experto en la fabricación de los artefactos y quien dirigía al resto. El último atentado atribuido al grupo tuvo lugar en octubre de 2014 en la casa consistorial de Baralla.

El Instituto Armado atribuye a la declarada organización terrorista Resistencia Galega por el Tribunal Supremo, más de 60 acciones violentas, muchas de ellas realizadas con explosivos de fabricación propia. Antes de la explosión del artefacto que causó grandes daños en el ayuntamiento lucense de Baralla, los independentistas atentaron también contra las sedes de distintos partidos políticos, caso del PSOE de A Estrada y del PP en Gondomar; cajeros automáticos de entidades bancarias; el chalé del que era concejal de Vigo Xulio Calviño, o la sede de la patronal de Fontanería Foncalor en Vigo.

Toninho y Losada fueron detenidos el pasado fin de semana en la ciudad olívica en virtud de las requisitorias de los Juzgados Centrales de Instrucción 4 y 6 de la Audiencia Nacional por los presuntos delitos de pertenencia a organización terrorista en grado de dirigente, tenencia y transporte de explosivos, así como falsedad documental.

El pasado fin de semana la Guardia Civil asestó un golpe definitivo a Resistencia Galega, con la detención de sus dos líderes en un centro comercial de Vigo y de otros dos supuestos colaboradores con los que se reunieron esos días, pernoctando al parecer en casa de uno de ellos.

Fueron los contactos con el exterior los que los delataron, y no su bucólica existencia en Fornelos. Las fuerzas antiterroristas tenían en su punto de mira a uno de los colaboradores, que les habría llevado directamente al punto de reunión con los cabecillas. Ni Toninho ni Asunción ofrecieron resistencia. En sus mochilas no llevaban documentación, pero la Guardia Civil ya les había identificado.

Con sus líderes en prisión y sin apoyo social, Resistencia Galega „considerada la última banda terrorista española„ se considera prácticamente extinguida, según los expertos.